Asíntota

9: Hola, bonita

-Grecia Natën

Recostada en un árbol caí en mi realidad, la herida que tenía en el brazo dolía, mis tobillos ardían por lo que supongo que ocasiono correr con tacones y mis ojos pesaron fuertemente al abrirse. Pero lo primero que vi fue un arma en mi mano.

Sangre. Cuerpos. Muerte. Pólvora.

Mi mente no está preparada para todo esto.

—Grecia, mírame. No mires tus manos. MIRAME— gritaba mi hermano sosteniendo mi rostro entre sus manos.

—Lo- Lo- Los mato, Iván— tartamudeaba al ver la escena frente a mis ojos.

—Sí, los mato. Pero nos tenemos que ir, peque—me contestó jalándome de la mano para huir de ese aterrador lugar.

-Iván Natën

¿Cómo carajo le diré a papá todo lo que paso y cómo borro todo de la cabeza de Grecia? Mierda, no tuvo que haber visto eso.

—Estoy cansada y hambrienta—replicó por atrás mío mientras corría. Pero no podía encargarme de eso ahora, lo lamento.

Durante dos horas de correr y caminatas apuradas, llegamos a destino. El puto manicomio, donde se crio mamá.

—Tú te quedas aquí y yo iré con nuestros padres a solucionar todo este desastre que ocasionó el psicópata de tu novio— y con eso la adentre al sitio. Hablando con el personal de ahí para asegurarme que estará a salvo aquí.

-Grecia Näten

—No me dejes, por favor, no me dejes aquí— suplique trepándome de la pierna derecha de mi hermano, no me gustaba este lugar.

—Perdón, peque— dijo empujándome hacia una enfermera que me inyecto algo que al instante mi vista se transformó en todo negro.

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Corría mientras pedía ayuda en este pasillo estrecho y oscuro, donde caía sangre de las paredes al mi alrededor, donde gritos agudos eran fuertemente sonoros en mi cabeza.

Todas las luces titilaban de maneras macabras, pero mis gritos quedaban escondidos en la nada de mi garganta. Sus pasos y su voz resonaban en cada minúsculo sector del pasillo.

El olor a sangre, los cuerpos y cosas tiradas en el piso hicieron que tropezara, siendo así que él estaba a tan solo tres pasos de mí.

Sentí el frio golpear mi rostro, pero mi cuerpo toco la fría nieve al instante en que me caí...

Arrastrándome por el piso suplicaba, pedía perdón por cosas que no sabía, inclusive lograba arrojarle bolas de nieve, pero el con su enojo y paso rápido, llego a mí.

Sus manos agarraron atraparon mi tobillo, atrayéndome hacia él, subiéndose arriba mío logro decirme las cosas que no cuando estaba consiente.

—Eres una maldita loca, eres una maldita zorra psicópata— soltaba mientras me golpeaba con algo pesado y frio.

Trate de hacer todo lo posible por controlarme, pero no pude.

Su tono de voz y sus palabras denigrantes hicieron nacer mi enojo y con eso mi mente me controlo, cometiendo así mi primer asesinato.

Una sonrisa gobernó mi rostro, porque sabía que la paz gobernaría ahora, pero cuya liberación se transformó en tiniebla demostrándome que la gobernación recién empezaba.

Al lado del cuerpo de mi difunto novio estaba mi peor pesadilla, que con una sonrisa de costado y limpiándose los dedos ensangrentados con la lengua, me miro y soltó las cinco palabras más raras de mi vida.

—Bienvenida a la familia, gatita.

Entre sudor y llanto, logre despertarme de esa pesadilla que parecía más un recuerdo.

—Hola bonita, despertaste— dijo una voz dulce a mi lado.

Parece una señora de unos treinta y picos, cinturona, castaña y alta, muy bonita, lo admito.

Elevando mi cabeza y cuerpo le sonreí. Mi voz y fuerzas se quedaron en casa. Al igual que mi vida, porque si vine aquí no significa nada bueno.

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Esta compa ya está mueeerta, nomás no le han avisado

NO OLVIDEN VOTAR PARA PODER LLEGAR A MÁS MOCOSOS <3

Chaito.

-𝓜.𝓖.𝓣