Érase una vez una mujer muy hermosa, su nombre era Yatziri, pero todos la conocían como "la doncella de la luna", esto era porque ella tenía una conección especial con la luna, pues podía hablar con ella.
Todas las noches Yatziri iba a un hermoso y gran lago a las afueras del pueblo donde vivía, allí la luna se reflejaba a la perfección y de este modo podía hablarle.
Un noche mientras Yatziri charlaba como de costumbre con la luna, se percató de que alguien las estaba espiando y le guiñó un ojo a su amiga del cielo, la cual comprendió de inmediato lo que le trataba de comunicar.
Siguieron con su charla, hasta que Yatziri se despidió y se fue caminando por un sendero iluminado por la luz de las estrellas, guardianas e hijas de su amiga luna.
Cuando estaba a punto de salir del sendero, la persona que la seguía le vendo los ojos y la amordazó.
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Yatziri abrió los ojos y se dio cuenta de que estaba en un lugar desconocido.
-¿Dónde estoy?-grito ella, pero no recibió respuesta.
Las estrellas habían visto todo lo que sucedió, por lo que no tardarían en dar aviso a la luna de su desaparición, así que decidió no preocuparse demasiado.
Sin embargo, después de un largo rato de que nadie viniera a rescatarla, se preocupo y pensó que le debió haber sucedido algo malo a su amiga, ya que no mando a nadie a rescatarla.
Estaba sumida en sus pensamientos, hasta que un hombre totalmente vestido de negro entro y le pregunto:
-¿Eres la doncella de la luna?Yatziri no le contestó, solo lo miro y sonrió, no se molestó en gritar ni en tratar de liberarse, pues sabía que era inútil.
-¿Qué quieres?¿Quién eres?-pregunto audazmente la doncella de la luna.
-Alguien que quiere tu poder-contesto el misterioso hombre vestido de negro.Ninguno de los dos hablo en un rato, solo se miraron fijamente y se desafiaron con la mirada, hasta que el hombre rompió el silencio con una extraña pregunta:
-¿Cómo te convertiste en humana?Yatziri no tenía ni idea de lo que le estaba preguntando, así que se limito a reír y a decirle que no le entendía.
Al ver que la respuesta que no recibió no era la que esperaba, el hombre le susurró al oído a la doncella de la luna unas palabras en un idioma extraño para ella.
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-Mami, mira que hermosos son los humanos, usan un montón de colores, ¿por qué yo solo puedo vestir de color plata? No es justo-pregunta una estrella.
-Tú eres una estrellita, no una humana-le contesta la luna a una de sus hijas más joven.Ambas miran una fiesta que sucede en la tierra, en un hermoso palacio, en dónde se celebra el matrimonio de una pareja de aristócratas.
-Yo también me quiero casar con un príncipe-dice la pequeña estrella.
-Eso es imposible-le contesta su madre-las estrellas no se casan.
-Eso no es justo-refunfuña la estrellita.Siguen mirando aquel baile hasta que un cometa las interrumpe y la pequeña estrella se tambalea y se cae a otra parte del cielo, más lejos de su madre.
La luna le sonríe y se va a hablar con la mayor de sus hijas, la estrella que siempre está a su lado y a la que le pedimos todo lo que deseamos.
La estrellita con la que la luna estaba hablando se enoja porque ya no es el centro de atención de su madre, y decide alcanzar a su hermano el cometa.
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Poemas y cuentos de Hadas
DiversosEsta es una colección de pequeños pero hermosos cuentos de hadas y poemas, para todas aquellas personas que aunque ya no sean niños siguen amando las historias conmovedoras y mágicas.