XXII - Atorado en el Infierno

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"¿Crees que volverá con vida o el capitán hará el típico 'desapareció en batalla'?" Sabito suspiró mientras le daba al barco una última mirada, estaba preocupado por su amigo.

"No lo sé... pero Giyuu es más fuerte de lo que parece, estará bien". El capitán rubio caminó al lado del hombre de cabello color salmón, ambos siguiendo al resto de su familia desde unos pasos por detrás.

"¿Recuerdas nuestros días con el anciano? Todavía puedo sentir las pulgas caminar por mi piel". El intendente se estremeció ante los recuerdos.

"Eso es porque siempre estabas cochino". Kyojuro se rió entre dientes.

Sin embargo, tenía razón. Estar con Yoriichi le enseñaría la verdadera experiencia pirata, vivir en la suciedad sin acceso a la higiene básica, comer comida con gusanos, no tener el respeto de la tripulación y... oh Dios, ahora se estaba preocupando. ¿Pero tal vez ya no era así? Han pasado años desde que él dejó el mundo de alta mar y era demasiado mayor para vivir así, o eso esperaba.

"¿Estás seguro de que no estás preocupado? ¿Ni un poquito de preocupación?" Sabito siguió fisgoneando, podía ver a través de él pero quería escucharlo.

"Veo a dónde va esto y no haré apuestas contigo". Sacudió la cabeza.

"Caray, uno no puede preguntarte nada ahora". Sabito puso los ojos en blanco y sonrió derrotado. "Aún así, en serio, siento que algo va a pasar..." Cambió su tono juguetón a uno serio.

"¿Algo como qué?" El cambio repentino llamó su atención, sabía que su teniente tenía un instinto agudo.

"No lo sé... solo sé que me dio ñáñaras al mirar El girasol rojo..." Se abrazó a sí mismo.

"¿Ah si?..." Kyojuro miró detrás de ellos para ver la inmensa nave desapareciendo en el horizonte. "Tal vez sea solo nostalgia, la última vez que estuvimos a bordo del Girasol Masachika estaba con nosotros".

"Dudo que sea eso... de todos modos, olvidémonos de eso y hablemos de algo más importante". Sabito le sonrió al rubio.

"¿Hm?" Kyojuro inclinó la cabeza hacia un lado, no podía pensar en qué podría ser más importante en este momento.

"Bueno, debería enseñarte sobre el arte del amor, ya que ustedes dos parecen estar cada vez más pegaditos". Se rió del ceño fruncido de Kyojuro. "Es mejor saber de un artista tan experimentado como yo que tener una mala sorpresa más adelante". El teniente se jactó.

"No empieces, no, no quiero escuchar". El rubio interrumpió.

"¡Vamos hombre, literalmente estoy salvando tu trasero!" Le dio una palmada en el trasero al capitán, ganándose una queja. "No sabes la suerte que tienes de tenerme como mejor amigo".

"¡Mamá! ¡Sabito está volviendo a ser indecente en público!" El hombre de ojos ámbar esperaba obtener ayuda de su mayor.

"Lo siento querido, ya no hay nada que pueda hacer para arreglar eso". La mujer de cabello sal y pimienta suspiró derrotada.

"¡Hah! ¡Gané! Indecencia, uno, Kyojuro, cero". El hombre de cabello salmón se jactó.

"Más bien te dijo como si fueras una causa perdida". Kyojuro bufó rodando los ojos.

"Cállate, te ahorraré la vergüenza solo porque soy misericordioso, pero espera hasta que lleguemos a casa". Sabito sonrió.

"Si hay un agujero, quiero entrar en él antes de que me 'ilumines' con tu sabiduría". No quería admitir que tenía un poco de curiosidad, pero no quería que el incansable teniente supiera sobre sus preguntas.

Mares de Inferno - RenGiyuu  - KNY -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora