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Eris Hanson.

Escrito unos meses después de enterarme que soy novena y me he vuelto a integrar a la manada de Damián.

Nota importante: El pelo de los gatos me irrita en la ropa.

◇◇◇ 🥀 ◇◇◇

No soy de las personas que se interesen por dar a conocer algún acontecimiento de su vida por más importante o divertido que sea, pero esto lo cambiaba todo.

Pese a que prefería leer las historias que otras personas tenían que contar, ahora me apetecía que alguien más leyera y conociera mi historia. Quería contarlo, más que eso, lo necesitaba, así quizá alguien me ayudaría a comprender, pues suele pasar que dos o más mentes son brillantes si se juntan.

Nuestras mentes eran brillantes, parecían estar en sincronía. No me molestaba ser inferior en conocimientos si él me mostraba la respuesta a mis inquietantes dudas.

Muchas veces así lo hizo. Agradecí eso.

Aunque... si me preguntan el por qué de todo esto,  no sabría como responder y eso me hace cuestionarme aún más a mi misma. Considero tener la respuesta correcta a todo, pero no a esto.

Me hace sentir vulnerable.

Y como si mis sentimientos fueran insignificantes.

Pero bueno, para que me entiendan tendré que comenzar por este punto en mi vida.

Me encontraba en la cabaña junto con la manada. Damián se había dispersado un momento y Poe aprovecho para comenzar a molestarnos a los demás. Me las arregle para ignorarlo.

—¿Compartimos una copa de ambrosía? —pregunto Tatiana muy animada.

—Me apunto.

Pasamos así un buen rato hasta que llego Padme.

Ella aún me consideraba su amiga después de todo lo que paso y... Bueno, lo habíamos arreglado, ¿vale?

Estábamos intentando ser las mismas de antes aunque eso fuera tarea casi imposible.

Su rostro estaba apagado, la conocía. Desde que se enrollo en este mundo la mayoría de las veces lucía así. Luego también parecía estar muy animada y todo eso se derivaba a un mundo, o a una persona más bien que era su mundo.

No hace falta que mencione el nombre del hombre que hacía que Padme estuviera así.

—¡Pastelito, llegaste! —Poe saludo animado a mi amiga —. Pero, ¿qué es esa cara? Parece que te acaban de matar.

Archie se río.

—Amigo, a veces eres muy estúpido.  ¿Cómo va a tener esa cara si la acaban de matar? Ni siquiera estaria de pie?

Poe torció los ojos y volvió su atención a Padme.

—¿Te nos unes? —Padme asintió tomando asiento junto al rubio. —¿Ambrosía? —ofreció Poe.

No quise concentrarme mucho en los demás más que en la situación que gobernaba la mente ruidosa de mi amiga. Algo no la dejaba en paz.

—Pensé que solo mirabas así a Damián. 

—Ya no —escuche a Padme tartamudear al decirlo.

Vale ahora si preste atención.

El muy idiota de Poe estaba divirtiéndose como siempre.

Me irritaba aunque no quisiera que fuera así.

—¿Cómo está eso? —pregunto pasandole la copa. Bebió. 

Dioses de la DISCORDIA | Damián & Eris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora