Eris me siguió en su auto.
El cielo nublado parecía adornar la tarde-noche de Asfil.
—¡Damián! —Ella presionó el claxon detrás de mi —sube al auto o te voy a arrollar.
No le hice caso y seguí, con ella conduciendo detrás de mi.
—Pareces un jodido niño haciendo berrinche. ¡Sube ya que comienza a llover!
Me devolví a ella y le grite presionando mis manos sobre el cofre.
—¡Déjame en paz!
Ella aceleró y por un momento pareció que realmente quería atropellarme.
Eso hubiera estado bien para mi.
—¿Quieres explicarme que es lo que pasa?
—¡Es que no puedo creerme que este permitiendo que esto pase!
—¿Qué pase que? —ella pareció también molestarse.
Bajo del auto a paso acelerado y me enfrento.
Primero me negué a verla a los ojos y luego ella me obligó propinandome una bofetada.
Recordé como me había golpeado en el rostro de la misma manera cuando fue a reclamarme a mi casa que yo metiera a Padme en problemas.
—¡DIME QUÉ PASA!
—No quiero decirlo en voz alta. —fue lo único que dije.
La lluvia comenzó a repiquetear sobre nuestras cabezas.
—Quiero estar solo.
—¿Y a dónde vas a ir?
—Deja de preguntar todo lo que hago. Como si te importara.
Quiso golpearme otra vez. Se le veía en la cara.
—Damián —suspiro cansada. Sus rizos rojos pegándose a su rostro —Tu mismo has dicho que la manada es como una familia. A la familia se le cuida, y tu ahora estas vulnerable. No estoy diciendo que harás algo de lo que después puedas arrepentirte pero, piensa mejor las cosas.
—No quiero pensar mejor las cosas porque entonces mis impulsos si me harán hacer algo de lo que pueda arrepentirme.
—Bien, entonces... ¿Qué te parece si vamos a cazar?
No.
Lo que quería cazar ahora también estaba muy entretenido cazando.
—Volvamos a la biblioteca.
No hubo protesta por su parte, solo asintió.
Y así fue como pisamos de nuevo ese lugar al que no quería volver.
—Señores una foto —pidió el fotógrafo.
Lo evitamos y seguimos hasta estar dentro de nuevo.
—Ayúdame a buscar a Poe y a Padme otra vez —le pedí a la pelirroja.
Mientras yo hacía lo mismo, unas mujeres se acercaron casi acorralandome.
—¿Tu eres amigo de Poe, no?
No me moleste en responder.
—Y de Melina —aclaro otra.
Oh no.
¿Por qué donde sea que vaya había problemas?
Busque con la vista no solo a Padme y al rubio, también a la pelirroja.
—Aja —fue lo que respondí. —¿Y ustedes son?
Las tres mujeres solo rieron entre ellas y se alejaron sin más.
No tenía el tiempo ni la paciencia como para averiguar que se traían entre manos esas tres, por lo que seguí con mi búsqueda.
—No hay rastro de ellos —fue lo que dijo Eris detrás de mi.
No, no estaban por ningún lado.
O por ningún lado donde pudieran interrumpirlos.
Apreté los puños.
—¿Sigue en pie lo de ir a cazar?
La pelirroja asintió.
______________
Es corto lo sé ;( pero no sé, tengo un pequeño bloqueo y trato de deshacerme de el.
Espero que les haya gustado este mini cap..
Nos leemos pronto, lo prometo :)

ESTÁS LEYENDO
Dioses de la DISCORDIA | Damián & Eris
Fiksi PenggemarMi cazador, así lo llamé, pues al final me cazo quedándose con mi piel y con todo lo que pudo de mi. Era el tipo que lucía bastante bien vistiendo de negro y te invitaba a guardar silencio para comprender sus enigmas. No me importaba quedarme call...