Dioses de la DISCORDIA | Damián & Eris

5

Eris Hanson

Las palabras mágicas para traerlo de vuelta eran: Haré lo que tu quieras.

Mostrando que no era así, aún cuando si tenia razón.

◇◇◇🥀◇◇◇

—¡Espera! —grite.

Damián corrió muy cerca de un arroyo que se formaba gracias a la fuerte lluvia.

Estábamos empapados, y yo tenía un poco de frío, mientras él parecia estar de lo más complacido.

—¿Puedes darte prisa? —complacido pero a la vez irritado.

No lograba entender que lo tenía tan de mal humor.

—¿A dónde vamos? —me apresure a llegar hasta dónde él.

—Sigue caminando.

No más ruido. Así lo intérprete.

Parecía que lo de cazar iba a posponerse.

Después de unos cuantos minutos logré ver una pequeña cabaña que se alzaba entre unos cuantos arbustos.

No era parecida a la cabaña donde todos los novenos se reunían, esta era pequeña, más rústica y menos llamativa, aunque inquietante a la vez.

Las paredes oscuras, como si la madera se hubiera quemado sin llegar a dañar la estructura.

—Entra. —señaló la puerta que él mismo abrió.

—¿Qué es este lugar?

—Hace unos años, Poe, Archie y yo la construimos. —explicó dejando las llaves en el marco de una ventana.

—¿Por qué no lo sabíamos?

—Porque no. —zanjó —Estaremos aquí hasta que pase la lluvia.

Volví a quedar en silencio.

Me parecía irritante, no era como que fuera muy fan del ruido o de hablar con demasiadas personas pero con Damian, era frustrante tener que estar en silencio todo el rato, o si quiera buscar las palabras correctas y tener tacto al hablar con él para no enfadarlo.

—¿Me dirás que te sucede?

—¿Para que quieres saber?

—Porque quiero saber y punto. —deje en claro.

También comenzaba a irritarme.

—Tengo años conociendo a Poe, y ahora Padme esta... —parecía no encontrar las palabras adecuadas —¿débil? El punto es que sé que pasará y todo es mi culpa.

—¿Culpa? —no lo captaba.

—Si Poe llega a tocar a Padme, no sé de lo que sería capaz.

Oh

—¿Por qué debería tocarla? Él sabe que está contigo.