2

984 119 64
                                    

Damián Fox

El día que perdí el control al verla sonreír.

Nota importante: Los conejos son buena compañía.

▪︎▪︎▪︎🐇▪︎▪︎▪︎

—Será mejor que me digas dónde está —estaba irritado. Casi cuelgo la llamada al escuchar su risa —Poe...

—¿Te preocupa? —ese tonillo en él me irritaba aún más.

—Sabes bien que si. ¿Dónde está Padme?

—Conmigo.

Me contuve para no explotar en mi ira.

—Iré por ella.

—No —se adelanto a decir —. No quiere verte.

—No me salgas con estupideces.

—De nada sirve que vengas por ella si no vas a poder llevártela. Esta durmiendo.

—¡¿En tu cama?! —me exalte.

—Este...

—¡POE!

—Claro que esta durmiendo en mi cama, no iba a dejar que durmiera en la habitación de huéspedes.

—Que buena persona eres, cuando te vea recuerdame darte una medalla —colgué la llamada.

Al menos ya sabía dónde estaba pero la incertidumbre volvió a atacarme.

Lo llame de nuevo.

—Hola, llama Poe Verne. Ese rubio sexy que te puede hacer temblar y no de miedo —se río.

—¡Deja de jugar ya!

—¿Ahora qué pasa, mataconejitos?

—No se te ocurra ver a Padme dormir —lo reñí. Él se quedó en silencio. —Poe...

—Upss.

—Joder contigo —volví a alterarme —. Más te vale que te alejes de ella. Déjala descansar, no la trates demasiado bien o yo te voy a meter una copa de ambrosía por el culo.

—Que buenos fetiches tienes, Damián. —casi que podía ver su rostro.

—Adiós —y colgué de nuevo.

Eris me miro como esperando a que le dijera algo.

No le dije nada a lo que esperaba. Ella ya debía suponer con lo que escucho.

—Debería llevarte a casa.

—¿Quieres deshacerte de mi?

—Ya me curaste las heridas, no veo el porqué sigas aquí.

Eso debió molestarla porque se levanto sin decir más y anduvo hasta la puerta de mi habitación.

Dioses de la DISCORDIA | Damián & Eris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora