El gran salón estaba inundado de personas, nobles y sirvientes habían sido mandados a llamar y aunque no era obligatoria su presencia, la mayoría tenía curiosidad de saber que era eso tan importante que el rey quería anunciar.
Bajos murmullos se podían escuchar, las personas se secretiaban entre ellas, algunas en grupos más grandes que otros, la curiosidad se podía sentir.
Choi y su gente no podía faltar, eran los primeros en la fila, detrás de ellos estaba Chunghee quien había sido arrastrado por su tío, más sin embargo la mirada del Doncel estaba junto con la del príncipe, quien se encontraba a un lado de su padre como era su lugar.
Ya no eran desconocidos se habían vuelto muy cercanos, más de lo imaginado, sus encuentros eran clandestinos, ni Yoongi ni Choi estaban enterados de esto, pues ambos mayores tenían la cabeza ocupada con otras cosas que estar al pendiente de los pasos de los menores.
Las concubinas también estaban presentes y junto a ellas se encontraba Jimin, estaba nervioso, las chicas lo habían notado, pues el Doncel estaba pálido e intranquilo, claramente este nego y dijo que todo andaba bien, sin embargo estaban por enterarse del verdadero motivo por el cual Jimin se encontraba tan nervioso.
Fue en ese momento cuando Yoongi se puso de pie, listo para dar la noticia que darían mucho que hablar en el pueblo e incluso reinos vecinos; pero poco le importaba, esto es algo que tarde o temprano pasaría.
Suspiro profundamente, preparándose para hablar.
─ Buenos días, me alegro que hayan tomado a bien mi llamado y se encuentren aquí presentes; el motivo de esta convocación es para dar un anuncio importante y quiero que abran su mente para lo que estoy a punto de confesar ─ fueron sus primeras palabras, todos escuchaban atentos a lo que el rey tenía que decir.
─ Antes que nada hago el llamado a mi concubino; Park Jimin, acercate a mi por favor ─
El nombrado sintió miles de ojos sobre él, sus nervios aumentaron horrorosamente, sentía que con el primer paso sus piernas lo traiciobarían y caería al suelo.
Sintiendo su pulso cada vez más acelerado se habría paso entre las personas, su corazón martillaba fuertemente al sentirse observado. Subió los escalones que daban hacia el trono, ahí donde Yoongi se encontraba extendiendole la mano y diciéndole a través de su mirada que todo estaría bien.
Tomó la mano del mayor, dando un suave apretón para cerciorarse que este no lo soltaría.
Estando a su lado levanto el rostro, ¿así es como se vería desde ahí arriba? ¿Llegaría el día en que se acostumbre a tener toda la atención sobre él? ¿Dejaría sus inseguridades alguna vez? No lo sabía y tenía miedo. Miró al hombre que tenía a su lado, Yoongi pudo sentir el temblor de este a través de su agarre, por eso; ignorando el montón de miradas sobre su persona se inclinó un poco hasta quedar a la altura de su oreja, donde suavemente le susurro algo que solo Jimin pudo escuchar.
─ Tranquilo, déjame todo a mí cariño ─
Una dulce sonrisa se formó en los labios del menor, aún le costaba acostumbrarse a los apodos cariñosos y siempre que Yoongi usaba uno se sentía desmayar, sus mejillas ganaron color y el temblar de su mano disminuyó.
Asintió con la cabeza haciéndole saber al rey que estaba bien y que confiaba en él.
Después de esto la mirada de Yoongi regresó al frente.
─ Como les decía, hay algo importante que tienen que saber, a partir de ahora Jimin deja de ser mi concubino ─ los murmullos no se hicieron esperar, todos estaban sorprendidos, sobretodo el grupito de enfrente, Choi apretó el puño deseando que se estuviera equivocando y esto no sea lo que se está imaginando, su mirada era seria y fría, rebosante de enojo y advertencia ─ dejará de ser mi concubino para adoptar un puesto más serio, Park Jimin es mi prometido y en unos meses será mi esposo y también su rey ─ terminó de decir con seguridad.
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✔Min dynasty [Yoonmin]
Romance❛❛Tan hermoso y delicado como una flor exótica, tan atractivo y deseable como la joya más hermosa y difícil de conseguir, tan puro e inocente como un ángel, uno al que quiero corromper y poseer a mi antojo, porque soy el rey y mis deseos son órdenes...