✔Min dynasty [Yoonmin]

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Jimin se encontraba en la comodidad de suaves cojines y tibias sábanas de seda, el colchón era grande y blandito, se encontraba abrazando la almohada, aún durmiendo pero con una sonrisa de satisfacción enorme.

Ya era de día pero el Doncel se rehusaba a abrir los ojos, se sentía tan agusto y tranquilo, que aunque ya era tarde y los rayos de sol ya habían entrado por la ventana seguía aún dormido. Sin embargo, tres toques en la puerta lo obligaron a despertarse.

Incorporándose en la cama restregó sus ojos con su pequeño puño, abrió levemente los ojos, y observo todo a su alrededor, cayó en cuenta que se encontraba en el Palacio, y abrió sus ojos completamente, todo esto era tan nuevo para él, tanto que no pudo evitar sentirse extraño.

De nuevo otros golpes solo que esta vez más fuerte, tanto que lo hicieron brincar en su lugar. Se levantó rápidamente de la cama y caminó a paso torpe hacia la puerta, la deslizó hacia un lado encontrándose con dos sirvientas, las cuales en sus manos traían una caja tamaño mediano.

─ Buenos días Joven park, el rey nos envió para que le entregaremos esto, son sus pertenencias personales ─ habló haciendo una reverencia.

Jimin tomó una de las cajas entre sus manos y caminó hacia la cama dejándola sobre esta, luego regreso por la otra dejándola en el mismo lugar ─ muchas gracias mencionó el Doncel.

─ No tiene porqué agradecer, solo hacemos nuestro trabajo ─ mencionó la mujer de avanzada edad ─ de ahora en adelante seremos sus damas, mi nombre es Kim Sunhee y ella es mi hija Kim Jisoo, estaremos a sus órdenes de ahora en adelante ─ la mujer habló con respeto.

─ Así es, el rey nos dio la orden de que estemos a su disposición, esperamos serle útil ─ mencionó la más joven.

Jimin no podía creer que ya Yoongi le había puesto damas para que le sirvieran, pero la verdad es que él no quería personas siguiéndolo las 24 horas del día, no quería sentirse como un inútil al no hacer nada, tampoco se sentía bien con tener que decirle a esas dos mujeres lo que tenían que hacer.

─ Gracias, pero no es necesario que ustedes me sirvan, no se sientan mal pero estoy bien así ─ mencionó con una sonrisa débil.

─ Lo siento Joven pero el rey ya dio la orden y a él si no podemos faltarle ─ soltó la mayor mirando a Jimin con seriedad.

Jimin hizo un puchero como un niño al cuál acababan de regañar ─ Está bien ─ mencionó con resignación.

─ Estaremos cerca por si necesita algo, el rey dijo que después que se bañara y vistiera lo guiaremos al comedor para que desayune y luego lo llevaremos al harem para presentarlo a los demás ─ dijo la mujer antes de retirarse siendo seguida por la menor.

Jimin suspiro aún sin cerrar la puerta, se quedó pensando un momento, Yoongi lo presentaría y eso lo ponía nervioso, que tal si las otras personas no lo veían bien, no se consideraba una persona bonita, habían jóvenes más atractivos y carismáticos que él.

Negó con la cabeza, no tenía que tener esos pensamientos, Yoongi lo había escogido a él, tenía que ser agradecido y poner de su parte para dar una buena impresión.

Cerro la puerta de nuevo y se dirigió hacia la cama donde había dejado las dos cajas, aún estaban selladas, pero no se le hizo dificultad abrirlas, cuando vio todo lo que estas contenían no tuvo duda que había sido Yoongi el que las haya mandado para él, las cosas eran nuevas y costosas. Había ropa, toallas, zapatillas, jabones shampoos, aromatizantes, cremas, maquillaje, joyas y muchas cosas más.

No quería ni imaginar cuánto dinero había en esas dos cajas, seguramente más de lo que pudiera recoger en un año.

No siguió pensando tanto y tomó lo necesario para darse un baño, se metió a la ducha para asearse lo más rápido posible.

Yoongi dejó de lado su itinerario para ir al harem, Daehyung lo acompañaba, junto con algunos sirvientes, le habían hecho saber que Jimin ya estaba en el harem junto a sus otras concubinas.

Esto sería rápido, solo presentaría el menor ante las otras mujeres, muchas de ellas nobles, para hacerles saber que a partir de ahora tenían que respetar al menor tanto como lo hacían con las demás.

Ahora Jimin tenía una posición importante dentro del Palacio, y él se encargaría de dejarlo claro, no quería después enterarse que alguien lo veía de menos o hacia comentarios desagradables hacia él.

Llegó al harem y todos los presentes hicieron una reverencia ante el, Yoongi se veía imponente, buscaba con la mirada a Jimin, este estaba en una esquina acompañado de sus dos damas.

Traía un hanbok rojo vino, zapatillas del mismo color, unos Dwik Koji en forma de flores adornaban su cabello. Solamente eso, no traía joyas que lo hicieran lucir extravagantes, ni siquiera había tocado el maquillaje. Tan el, simple y sencillo, pero sin dejar de ser hermoso.

Yoongi quedó embelesado con tanta belleza, el brillo en sus ojos lo delataba.

─ Atención el rey Min dará un importante mensaje ─ anunció un guardia, llamado la atención de Jimin que apenas se daba cuenta de la presencia de Yoongi, inmediatamente se puso de pie y bajó la cabeza en una media reverencia.

El menor había estado tan tan concentrado en sus pensamientos que ni siquiera se había dado cuenta a qué hora había llegado el rey, y verlo tan de repente lo hizo casi brincar de su asiento.

Sentía nervios, no podía negarlo, sabía el motivo de la presencia de Yoongi, él daría el anuncio que ahora había un miembro más en el concubinato, no sabía cómo la noticia fuera a ser tomada. Muchos ya lo conocían pues había estado antes en el Palacio, pero no con este puesto.

─ Jimin ven aquí ─ la voz grave de Yoongi causó un escalofrío en el cuerpo del nombrado. Trago grueso e hizo lo que el rey le había pedido.

Pudo sentir la mirada de todos los presentes seguirle el paso, lo que lo intimidó un poco, sentía su corazón golpear su pecho, y los nervios e inseguridades hacerlo pedazos. Pero aún así no se detuvo, camino firme hacia donde Yoongi.

Cuando estuvo a escasos centímetros de Yoongi, este pudo ver la tensión en el cuerpo del menor, y como sus manos temblaban, así que en un movimiento rápido se inclinó levemente hasta quedar cerca del oído del menor y de forma disimulada le susurro un suave "tranquilo " Fue tan bajo que solo Jimin pudo escucharlo, tal como Yoongi quería.

Entonces como por arte de magia, la tranquilidad y seguridad llegó al cuerpo del Doncel, como si hubiera sido eso lo que Jimin espero escuchar para sentir que todo iría bien y no tenía porqué dudar porque Yoongi estaría con él.

─ A partir de hoy Jimin formará parte del concubinato, ordenó que se le respete y se le trate como a las demás, si alguien me desobedece tendrá un castigo a la altura de su falta, y ya saben que la desobediencia se castiga con azotes, espero no llegar a esos extremos ─ Yoongi hablaba con seriedad y poder, con voz grave y firme.

Todos los presentes acataron la orden de su rey, nadie se atrevía a decir algo para contradecirlo.

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Espero les haya gustado, yo me voy a mimir😴

23/9/20.