EPILOGO

172 4 0
                                    

Dieciocho meses más tarde, ______ colocaba a su hijo recién nacido a la sombra de un árbol.


El príncipe Christian fue una sorpresa. Habían decidido esperar un poco para tener niños, pero durante un crucero por el Caribe el verano anterior habían sido un poco «irresponsables». Christian se estiraba en aquel momento, abriendo sus ojitos azules un segundo para volver a cerrarlos después. Era un niño muy tranquilo.


Allie y Jazmyn, en pantalones cortos, estaban dando pataditas en el agua de la fuente, riendo como locas. Mientras las sacaba de allí para que no se calasen, a la vez que escuchaba la charla de Jaxon sobre el colegio, ______ solo podía pensar en lo feliz que era. Con tanta gente ayudándola, cuidar de cuatro niños no era tan difícil como Justin había pensado.
Adrián y sus sobrinos habían ido a visitarla un mes antes. Adrián trabajaba en Londres en una de las oficinas de Justin. Y según su hermano, Percy estaba muy contento gastándose el dinero que había ganado en la lotería.
Dejando a los criados vigilando la cena de los niños, ______ fue a tomar una ducha. Cuando salió del baño envuelta en una toalla, Justin estaba en el dormitorio.


-Justo a tiempo.
- ¿Crees que es una coincidencia? -preguntó Justin, clavando en ella sus ojos dorados.
-A ver... ha pasado tres veces esta semana. No, no creo que sea una coincidencia -río ______.
- ¿Te estás quejando?
- ¿Tú qué crees?
-Creo que, como siempre, estamos pensando lo mismo -río Justin, tomándola en sus brazos-. ¿Contenta?
-Mucho.
-Nunca me has dicho si he dejado de ser una rana...
- ¡Pasaste de rana a príncipe hace mucho tiempo, tonto! -río ______.
Justin la colocó sobre la cama, mirándola con adoración.
-Pues dímelo. ¿Cuándo dejé de ser una horrible rana?
-El día que trajiste a mi yegua. Ese día me di cuenta de que yo realmente te importaba.
- ¿Y sigues pensándolo?
-Por supuesto que sí. Cada día más. Por ejemplo, cuando me hacías sentir la mujer más sexy del mundo a pesar de que estaba embarazada de nueve meses, cuando buscaste un trabajo para mi hermano, cuando hiciste la piscina en el jardín para que pudiera nadar con los niños...
______ tenía unas cien razones para quererlo más cada día, pero no quería contárselas todas.
-Ahora es mi turno. Te quiero por muchas cosas, pero sobre todo eres maravillosa, porque has aprendido árabe...
-Y no te ríes cuando intento hablarlo.
-Lo hablas de maravilla. Eres una esposa increíble, una princesa magnífica... una madre generosa y la amante de mi corazón, ______.
Cada frase iba puntuada por un beso y el diálogo terminó pronto.


Pasó mucho tiempo hasta que volvieron a hablar otra vez.

Chantaje al Amor (Justin y tu) ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora