Capítulo 29

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El funeral fue simple, la lluvia caía, los truenos crepitaban y el aire era sofocante. Me desperté al oír la lluvia golpeando la ventana. Me hizo pensar que el universo lloraba por Callie, al igual que la manada lo hacía.

Me puse un vestido negro hasta las rodillas, y un par de tacones. Una vez que peine mi cabello y mi maquillaje fue aplicado, fui a buscar a Addison, ella estaba tomando una bebida y cuando me escuchó, me miró.

Llevaba un traje, que era negro y caro, pero su corbata aún estaba deshecha. 

-Te ves muy bien- me dijo, más porque sentía que necesitaba decirlo no porque quería. No le gustaba el vestido negro, porque le recordaba la muerte.

-¿Estás lista para ir?- cuestioné, y Addison se sirvió más whisky, lo bebió rápidamente y asintió con la cabeza.
Addison pasó su brazo por mi cintura, antes de salir por la puerta trasera. Ella sostuvo el gran paraguas negro sobre nosotras, mientras caminábamos.

-Te amo- susurré, mientras su brazo caía de mi cintura y nuestros dedos se entrelazaban.

-Y yo - respondió, ofreciéndome una triste sonrisa. Le costaba volver a decir que me ama a pesar de que ayer me lo había dicho. Pero no le presté mucha atención, lo había dicho una vez, y eso era todo lo que me importaba. Ella me ama, me lo había dicho.

Caminamos juntas, en silencio, mientras la lluvia caía a nuestro alrededor. La manada ya estaba reunida en el claro detrás del pueblo, en el lugar reinaba un silencio espeluznante.

Todos estaban allí, hombres, mujeres y niños, todos lucían tristes. Addison apretó mi mano fuertemente, mientras caminábamos hacia el frente.

Addison habló en voz alta, sobre lo atenta y valiente que era Callie. Habló de su amabilidad, lealtad y amistad. Addison sonaba como siempre lo hacía, dominante y ruda, sin embargo, podía escuchar el titubeo en su voz, incluso si la manada no lo hacía.

El padre de Callie y su hermano menor llevaron su cuerpo. Estaba llorando, con suaves y silenciosas lágrimas, mientras colocaban el cuerpo sobre una pila de madera. Addison me entregó un gran trozo de madera, antes de prenderle fuego en la parte superior. Los padres y el hermano de Callie también encendieron sus pieza de madera, como Addison lo hizo con la suya.

Todos los usamos para prenderle fuego a la pila de madera en la que yacia su cuerpo, las llamas crecían de manera salvaje, las llamas rojizas lamían el borde del cuerpo de Callie. Me ahogué con un sollozo, mientras observaba su cuerpo siendo tragado por el fuego.

Addison me sostuvo a su lado, mientras observábamos cómo el cuerpo se convertía en ceniza y el humo oscuro llenaba el cielo lluvioso. El día albergaba un sentimiento inquietante, como si el mundo supiera de su muerte, y estuviera llorando a nuestra amiga con nosotros. Era ridículo e ingenuo creer eso, pero así fue como se sintió. El sol no se vio en ese doloroso día.

Durante una semana, Addison estuvo tranquila y reservada para sí misma, más de lo usual. Estaba de duelo, y era algo que necesitaba resolver por su cuenta.

Cada noche haciamos el amor en silencio, y luegos nos abrazabamos.

Dos semanas después de la muerte de Callie, podía ver que Addison era tan vulnerable como cualquier otra persona, y eso la hacía ver más real.

Había colocado mentalmente a Addison en un pedestal, haciéndola parecer una mujer dura que sabía exactamente lo que quería hacer y cómo lo iba a hacer.

Exactamente un mes después de la muerte de Callie, Addison llamó a toda la manada para una reunión en el pueblo. Ese día había planeado almorzar con Amelia. Así que ya estaba en el pueblo cuando hizo el anuncio.

Con sangre de Alfa - Meddison G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora