Respiremos profundamente, fue un capítulo 6 muy intenso; así que ya nada puede malir sal.
VII – Nuevas oportunidades
Afortunadamente aún tenía buenos reflejos (o reflejos de deportista, decían sus hermanos) como para reaccionar a tiempo y evitar que, por su culpa y de nuevo, Bombón se lastimara.
Seiya apenas vio que la chica abrió la puerta y antes de que pudiera anunciarse, ella se desvaneció. Rápidamente sostuvo el ramo de rosas con su mano derecha para utilizar su brazo izquierdo para sostenerla.
Había llamado a la puerta cubriéndose el rostro con las flores para que ella no le cerrara la puerta inmediatamente o le soltara otra bofetada. Así que realmente no alcanzó a ver la primera expresión de la chica y cómo se desmayó.
La primera reacción de Seiya fue repetirle "Bombón, Bombón, Bombón"; y como no había respuesta, se atrevió a entrar al lugar y llevarla al sillón que estaba cruzando la estancia.
– ¿Hola? ¿Hay alguien más en casa? – preguntó mientras la recostaba – Tenemos una baja por aquí.
No hubo respuesta. Él la acomodó con cuidado y se quedó en cuclillas para observarla por un instante. Parecía tan frágil e indefensa así, aunque él sabía que no era así; había dejado a Bombón sola en el choque y seguramente ella tuvo que enfrentar todas las consecuencias así, sola. Y todavía tuvo el coraje de reclamarle con semejante bofetada; golpearlo a él, al cantante Seiya Kou.
Pero lo que más tenía convencido a Seiya del carácter de Bombón era el resplandor que ella tenía, ese que notó la primera vez que la vio en el aeropuerto.
Desde que era muy pequeño, le hablaron de ese resplandor que tenían las personas: su estrella, y con el tiempo hizo propio ese concepto, lo que le ayudaba a tener una percepción diferente de las personas y, hasta el momento, no se había equivocado con las conclusiones que sacaba de cada una de ellas.
Sin embargo, aunque le atraía mucho el brillo de Bombón, había algo que le inquietaba mucho. Ese resplandor sólo lo había encontrado en una persona y no sabía que le abrumaba más, comparar a Bombón con alguien más o saber que la última vez las cosas no terminaron nada bien.
De pronto la rubia comenzó a despertar – ¡Bombón! – dijo él contento de que la chica estuviera bien.
Ella se quejó levemente y, aún sin abrir los ojos, respondió – No me llamo así grosero.
Él suspiró aún más aliviado, ella estaba bien y tenía el humor suficiente para reclamarle que no le llamara de esa manera. Miró hacia la pequeña cocina del departamento y decidió acercarle un poco de agua. También aprovechó para poner en algún lugar las rosas que llevó y vio el sitio perfecto: un florero con apenas unos tallos secos.
Buscó en la cocina un vaso y le sirvió agua mientras ella se incorporaba lentamente sin abrir aún bien los ojos – ¿Qué pasó? – se preguntó confundida.
– Te desmayaste – le respondió acercándole el vaso, ella sujetó la bebida y lo miró.
– ¡Tú! – expresó tratando de ponerse de pie pero perdiendo el equilibrio al instante.
– Tranquila, necesitas recuperar fuerzas.
– ¿Qué haces en mi casa? – le cuestionó – ¿Cómo llegaste aquí?
– Le pedí a Mina me dijera cómo encontrarte, ella es tu amiga, ¿cierto? – la rubia asintió levemente – Necesitaba pedirte perdón por lo del otro día.
Ella respiró profundamente, de todas las cosas que tenía en la cabeza, ese chico debía ser el menor de sus problemas. Claro, le daba coraje todo lo que él representaba y que en sí mismo se hubiera comportado como un patán al huir.
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El destino se equivocó
FanfictionPara Serena, su destino estaba más que escrito. Su novio perfecto era todo lo que había soñado alguna vez; pero un poco distancia entre ellos, sumado a nuevas personas en su vida, le hará dudar sobre lo que siempre creyó su destino. ¡VOLVÍ A LOS AU...