V - La confusión

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Algunas cositas que ya quería contarles y otras tantas que no podía aplazar.

Relájense y, por favor, tómenlo con la mayor calma posible.

V – La confusión

Cerró los ojos y se dejó llevar por la melodía y letra una vez más. Encerrada en su habitación en casa de sus padres y mientras acariciaba a su fiel compañero felino Artemis, involuntariamente comenzó a mover levemente su cabeza al ritmo de la música y uno de sus pies también se sumaba a ese movimiento.

Llevaba gran parte de la tarde escuchando ese material y estaba segura que sería un éxito. Eso sí, todavía había mucho trabajo por delante y esto apenas era un avance.

Hacía unos días, los Three Lights le informaron con mucha emoción que tenían canciones nuevas que querían mostrarle. Después de la charla que tuvo con Seiya, éste se había puesto a trabajar en cosas nuevas y eso había motivado a sus hermanos a trabajar en nuevos materiales.

A Mina no le quedó duda de porqué él era el líder del grupo.

Le presentaron las canciones y al final seleccionaron un par para inmediatamente grabar. Mina creía que debían avanzar más en nuevas canciones antes de entrar al estudio pero los chicos realmente estaban emocionados por avanzar en su primer disco. Las pistas ya estaban en postproducción y, cuando estuvieran listas, las presentarían a los ejecutivos de la disquera.

Mina estaba escuchándolas una y otra vez para despejar cualquier duda. Aunque no había mucho por hacer, ella estaba convencida del talento de los chicos y su música lo demostraba.

Seiya había escrito una canción particularmente especial. Sobre lo pequeño que podría ser el mundo para encontrarte con alguien especial y, al mismo tiempo, lo grande que era para volverla a encontrar; sobre lo fugaz e instantáneo pero que por alguna razón se queda marcado.

A Mina le encantó la letra y el sentimiento de la canción. ¿Cuántas veces no se había sentido así? A diferencia de sus amigas, ella no había desistido en la idea de encontrar a su chico ideal y en varias ocasiones se sintió flechada rápidamente; aunque, claro, la mayoría de las veces había sufrido descalabros por culpa de esos arranques.

Suspiró y acarició el mentón de su gatito – Si los chicos que conozco fueran la mitad de cariñosos conmigo como lo eres tú – le dijo.

Y es que Mina reconocía que se equivocaba por dejarse envolver muy rápido; y no es que fuera pronta de sentimientos, simplemente a veces le ganaba la atracción y el arrebato. Afortunadamente no era siempre y ya había aprendido a distinguir ciertas cosas.

Como el día que visitó a Serena. Cuando vio al muchacho que llegó a verla, no pudo evitar notar lo atractivo que era, pero en cuanto empezó a hablar, se decepcionó de la clase de tipo que era.

Y peor aún. Cuando salió de la casa de su amiga, lo encontró ahí. Estaba hablando por teléfono y apenas alcanzó a escuchar un poco de esa conversación.

– Entonces, ¿sí conoces a alguien que pueda darnos información de ese auto...? – vio cómo escuchaba una respuesta. Él estaba de espaldas y no había notado que Mina estaba ahí – Perfecto, con eso podré dar con el responsable de ese choque. Te lo encargo.

Colgó y fue cuando Mina se hizo notar – Pensé que ya se había ido señor Kunz – le dijo.

– No me llamo Kunz – le respondió serio.

– Como sea, creo que no debería seguir indagando en ese asunto del accidente, Serena fue muy clara que no quiere hacer más grande esto.

– Y ya le dije que es un deber señorita...

El destino se equivocóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora