– Por fin... – dijo el muchacho y soltó una respiración profunda. Se dejó caer en la silla, satisfecho de que por fin pudieran terminar su trabajo.
Él y su buen amigo Kunz habían pasado los últimos días preparando reportes, actualizando muchas cifras y alistando un proyecto bien estructurado, con objetivos y acciones muy concretas para su nueva responsabilidad.
– Pensé que no acabaríamos a tiempo – dijo Kunzite mientras se acomodaba en el amplio respaldo de la silla principal de la oficina; SU nueva oficina.
Zoycite estaba muy orgulloso de él. Resultó que el señor Kaiou estaba muy apurado en hablar con ellos ya que Darien estaba demostrado un gran desempeño en Estados Unidos y estaba más que decidido que su estancia ahí era un acierto para la compañía; sin embargo, el área que encabezaba en Japón no podía quedar descuidada y si bien su equipo seguía trabajando, era momento de dejar bien claras las cosas.
El señor Kaiou les dijo que la Junta Directiva había decidido nombrar a un suplente para ocupar el puesto de Chiba.
Poco después de esa charla, Zoycite se enteró en los pasillos de la oficina que en esa reunión uno de los socios de la empresa había sugerido a su propio hijo para ocupar ese lugar; no obstante, la propuesta había sido rechazada casi unánimemente ya que se sabía que su primogénito ni siquiera había terminado la escuela y si bien había trabajado con Darien, nunca lo hizo de manera formal. Zoy estimaba mucho a Jedite pero sabía que no estaba preparado para ese puesto, y dudaba mucho que a su amigo le interesara obedecer a su padre.
El muchacho también se enteró que fue justo la más joven miembro de la Junta Directiva quien propuso no darle vueltas al asunto y decidirse por quien se lo había ganado limpiamente. Aunque no solía ser muy participativa en la empresa, Michiru Kaiou le sugirió a su padre nombrar a Kunzite para ese rol, ya que estaba muy empapado de todo lo que debía hacerse, tenía la experiencia y había demostrado el talento.
La propuesta había sido bien recibida por los socios de la empresa, pero el señor Kaiou no quería que Zoycite se sintiera desplazado y por eso había citado a ambos para darles la noticia. Desde luego el rubio no había puesto ninguna objeción y felicitó a su gran amigo por esa distinción.
Kunzite, por su parte, sólo había pedido que Zoycite permaneciera en su equipo como su segundo abordo y que, en la práctica, fuera considerado como su igual. Lo cual fue aceptado sin objeciones.
Eso sí, ambos tenían que ponerse a trabajar en un proyecto para que la Junta Directiva oficializara su nombramiento. Habían sido días de mucho trabajo pero al fin habían terminado.
Zoycite miró a su amigo que ya empezaba a cerrar los ojos de cansancio. Sabía que los días en los que había sido un poco inconstante en la oficina lo habían retrasado con sus obligaciones y, con esta nueva asignación, prácticamente estaba trabajando al doble y apenas tenía tiempo de descansar.
Miró hacia afuera. Setsuna no había regresado de la encomienda que había ido a cumplir personalmente para Darien, así que era un buen momento para preguntarle algo muy personal a Kunz.
Carraspeó – ¿Y qué ha pasado con la señorita Mina?
Su amigo se incorporó rápidamente y comenzó a acomodar unos papeles – No sé de qué hablas.
Zoycite se volvió a asomar afuera. Estaban solos en lo que había sido la oficina de Darien y que Setsuna se había dedicado a ordenar para dejársela a su disposición (lo que provocó la que tuviera que atrasar su viaje a Estados Unidos, al menos unos días más).
– No hay nadie más – lo tranquilizó y su amigo hizo una seña para que cerrara la puerta, lo cual hizo inmediatamente para tener más privacidad – ¿Y bien?
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El destino se equivocó
FanfictionPara Serena, su destino estaba más que escrito. Su novio perfecto era todo lo que había soñado alguna vez; pero un poco distancia entre ellos, sumado a nuevas personas en su vida, le hará dudar sobre lo que siempre creyó su destino. ¡VOLVÍ A LOS AU...