Capítulo 1: Sola de nuevo

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Me levanto perezosa para ir a la escuela, no me encanta mucho ese lugar, aunque cualquier excusa para salir de casa es bienvenida. Veo mi teléfono y me odio a mí misma por levantarme antes que la alarma sonara, cinco minutos de sueño son cinco minutos.

Salgo de mi cama y me coloco el feo uniforme que usamos, este consiste en una blusa blanca con el logotipo del colegio, una falda de cuadros con colores grises y azules, un suéter azul marino y unas exageradas medias largas de color blanco.

Bajo a la cocina y mi madre aun no despierta, no todo es malo. Me sirvo un simple plato de cereal y saco mi teléfono. Como de costumbre no tengo mensajes y bueno es de esperarse al no tener amigos. No es que me guste ser antisocial, simplemente es muy difícil hacer amigos, soy muy tímida. Mi único amigo era Danny.

Claro que ser invisible en la escuela tiene sus ventajas. Al pasar desapercibida nadie me molesta, nadie me juzga y nunca nadie me observa. Yo no sé cómo lo hacen los populares, si alguien estuviera viendo cada movimiento que hago posiblemente enloquecería. Ya tengo suficiente con la constante presión de mi madre.

En resumen, estoy cómoda en las sombras de la escuela. La sombra en la que nadie sabe que existo y así puedo vivir en paz. Me agrada no estar bajo la mirada de nadie.

Termino mi desayuno, me cepillo los dientes y salgo de mi casa. Camino hasta la parada de autobús, porque sí, cuando creían que mi vida no podía ser más patética, resulta que tomo el autobús.

El vehículo llega rechinando al frenas. Me subo y busco un asiento al fondo, un apestoso y pegajoso asiento. Saco mis audífonos y mi libro para distraerme un poco antes de llegar a la escuela. Antes tomaba una pequeña siesta, pero aprendí a la mala que no soy capaz de despertarme en mi parada.

Llego al gran edifico escolar, el otro lugar de mi sufrimiento. Todo el verano estuve imaginando como sería entrar a la escuela tomada de la mano de mi novio. Me preguntaba si todos nos votarían a vernos o si hablarán de nosotros. Incluso hicimos una apuesta con Danny sobre cuánto tiempo tardaría en esparcirse el chisme. Aunque nada de eso será posible por la estúpida Canadá y su educación superior.

Me lleno de valor, me susurro palabras de aliento y entro a mi escuela. Llego a mi casillero, intentando no ver a nadie para pasar desapercibida. Al otro lado del pasillo ahí está él, Yostin. Está tan guapo como lo recuerdo si no es que más guapo que ayer. Sus hermosos rizos brillan con el sol que entra por la ventana y esa sonrisa, esa maldita sonrisa con sientes perfectos. Incluso el feo uniforme luce genial sobre su cuerpo, él puede lucir guapo hasta con un saco de papa.

No sé cómo fui tan tonta de enamorarme del chico más popular, debo de ser masoquista o algo similar. Ya he intentado superar mi flechazo por él varias veces, sin suerte. Solo es necesario que escuche su voz por el pasillo para que corazón vuelva a ser suyo. Me odio por eso, odio que no puedo olvidarlo.

Camino hacia mi clase y paso discretamente atrás de él para poder oler ese delicioso olor a nueces que emana. Yostin tiene una conversación con su hermana menor, al parecer se enojó porque ella se adelantó en algebra y ahora recibirá clases con él.

—Es tu culpa por perder la clase el semestre pasado y atrasarte ricitos de oro. —Lo molesta su amigo James a la vez que le revuelve su cabello

Estoy furiosa, a nada de lanzarme contra ese orangután desaliñado. ¿Cómo se atreve a tocar la perfecta cabellera de mi Yostin? Ese camello de una joroba tiene suerte que quiero mantenerme anónima de lo contrario ya tendría un ojo morado. Porque si el rizado se enterara de lo que siento por él me muero. Afortunadamente los únicos que saben somos yo y mi almohada.

Rápidamente me hago un lado para que pasen B&C y es que Jhomayra Burton y Sofia Corrigan, son las chicas más populares de la escuela y las más aterradoras. Tengo suerte que no me vieron porque de lo contrario encontrarían una forma de burlarse de mí. Posiblemente del hecho de que no traigo calcetines pares. Es difícil encontrar parejas cuando tu madre lava la ropa una vez al mes.

Bajo la mirada de todosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora