Capítulo 27: Fin de semana de locos

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Mads García

Casi no reconocí a mi madre cuando me dejó ir junto a mis amigos a la casa de Sofi, incluso me puse un poco escéptica al inicio. Danna y yo nos entusiasmamos mucho por el pequeño viaje del fin de semana, ella comenzó a planear las cosas que hará con James, yo solo quiero un pequeño descanso del drama de la ciudad.

Sofi también se alegró cuando le contamos que ya nos dieron permiso de ir. Yo quería saber cual fue la sorpresa de Max, pero no quería sonar chismosa. Una suerte que Danna no se muerde la lengua. Max uso sus conexiones para que pudieran entrar a la pista de hielo después de haber cerrado, en resumen, fue super romántico. También le regaló unos pendientes de búho.

Un día antes del sábado vamos con Danna y Nad para comprar nuevos trajes de baño. Ellas quieren conseguir bikinis sexys, mientras que yo me avergüenzo de mi cuerpo. En contra de lo que ellas querían termino comprando algo con más tela. Ellas en cambio compran unos bikinis turquesa que hacen juego. Parece que me invitaron a un fin de semana lleno de hormonas adolescentes, aún así estoy emocionada por ir.

Luego de salir del centro comercial fuimos a comer a un raro restaurante tailandés vegetariano que Nad recomendó. Esto de ser lesbiana no le queda. Por más insensible que llegue a sonar, me gusta la carne.

Después de una semana que se siento eterna por fin llega el fin de semana. Esta semana se pasó super lento.

Estamos de camino a la casa del lago de Sofia. Vamos en tres autos y a mí me tocó viajar con James y Danna. Ni loca me encierro en un auto 3 horas con Yostin o Jhomy. Prefiero cien veces escuchar a estos melosos y soportar los gritos de Danna cuando canta a Danna Paola.

No soy muy fan de los viajes largos. Mi estómago se revuelve dándome nauseas o tal vez sea la forma en que los chicos frente a mí se toman de la mano, lo que me da nauseas.

Cuando llegamos a la casa corro al baño, no debí de haber bebido la soda grande de la estación de servicio. Llego tarde a la repartición de habitaciones y me toca con Yostin. Parece que el destino no me quiere.

Entro a la habitación, es pequeña, solo hay una cama y un pequeño armario. Apresurándome guardo mis cosas, intentando estar el mínimo tiempo posible aquí. Justo cuando termino escucho que él entra, por lo que salgo.

Después de que todos se instalan, hablan de ir a nadar al lago. Espero que Yostin salga de la habitación e inevitablemente mi vista se desliza hacia su cuerpo. Había olvidado lo sexy que es, sus ligeros músculos en el abdomen, los pequeños vellos en su pecho y uno camino de vellos rizados debajo de su ombligo. Detengo mi vista antes de ver hacia donde a ese pequeño camino.

Por supuesto que él nota que observo su cuerpo, en lugar de cohibirse flexiona sus músculos, mostrando sus fuertes brazos.

Me alejo de él antes de que comience a babear. Me encierro en la habitación, recostándome contra la puerta para recuperar el aliento y bajar el calor de mi... cara.

Me pongo mi traje de baño y no puedo evitar pensar que estoy gorda y que me veo como una cerda. Me avergüenza mi cuerpo así que prefiero cubrirme con una salida de baño. Sé que son mis amigos, pero no me siento cómoda mostrando mi piel.

Salgo y ya todos se encuentran nadando y jugando. Yo prefiero quedarme en la orilla, con la excusa de que quiero broncearme un poco. Pero ustedes ya saben la verdadera razón. Ojalá estuviéramos en la playa porque entonces alguien tendría que quedarse para cuidar las cosas.

Siento como me toman por las manos y pies, son Max y James quienes me levantan con intención de lanzarme al agua. Yo grito como loca que me suelten, mientras ellos solo se ríen. Me tiran al agua riendo mucho, veo que Yostin se acerca para ayudarme, pero yo me levanto sola.

Bajo la mirada de todosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora