Capítulo 5: Otras habitaciones

106 19 84
                                    

Madelyn García 

Llegamos a la casa y los dos chicos se bajan como remolino entre bromas y empujones. Yo los sigo en silencio a la habitación de Yostin. Su habitación es la clásica de un chico, con ropa tirada por doquier, un gran desorden y olor a chico. Lejos de molestarme, quiero conocer cada centímetro de estas paredes.

Los chicos sacan sus teléfonos y yo los imito. La diferencia es que esta vez sí tengo alguien a quien hablarle. Le deseo suerte a Danna porque esta tarde se intentará disculparse con Nad.

—¿Qué estás esperando? —me pregunta Máximo y yo no sé qué responderle porque no sé de qué me habla —Vamos a ver que llevas y lo juntamos.

—Cla...claro. —Respondo algo tímida porque mi mirada se conectó con la de Yostin durante un segundo.

Voy a mi habitación y cierro rápido la puerta detrás de mí como si alguien me estuviera siguiendo. Entro al baño y me arrojo agua a la cara.

Vamos Mads, es solo tu compañero de trabajo, piensa en él como un simple compañero de trabajo. Yo confió en ti y soy tu misma por lo que confías en ti.

Salgo del baño y tomo laptop. Al entrar al cuarto del rizado me encuentro con Máximo sentando sobre Yostin. Mi mente se llena de pensamientos impuros que hacen que me sonroje.

—No es lo que piensas. —me dice Yostin quitándose a Máximo de encima —Maxi solo intentaba tomar mi celular.

—Tranquilos yo no pensé nada. —Les miento.

Máximo se rie y recibe mi laptop. Pronto Yostin también revisa el trabajo junto al pelinegro.

—Wow. Ya llevas casi todo. —Dice el pelinegro sorprendido.

—Y como no entiendo mucho debe de estar bien. —Agrega Yostin.

—Gracias ¿Y ustedes que llevan? —les pregunto y Yostin me da dos hojas con un título y varios garabatos —¿Es una tortuga? —Les pregunto señalando uno de los garabatos.

—Si, la dibuje yo. —me responde Máximo orgulloso —Sofi es mi tortuga. Eso me recuerda que debo escribirle.

Máximo se pone de pie y se mete al baño con su teléfono en mano. Me dejo sola con Yostin, como se le ocurre. Él tenía que evitar que todo se volviera incómodo.

Me siento en la cama a una distancia prudente de Yostin porque siento que es raro que siga de pie. Un silencio incómodo reina la habitación, quiero romperlo, pero no sé me ocurre una manera.

—Bueno como tú vas tan adelantada creo que podemos tomarnos este día libre. —habla finalmente Yostin. Normalmente me negaría y obligaría a mi compañero a terminar el trabajo, pero como es Yostin acepto —¿Quieres hacer algo?

—Claro ¿Qué? —Le respondo.

Yostin va a su closet y saca unos brownies, no soy tan nerd como para no saber que tienen marihuana. El rizado me ofrece un brownie. Cuando Yostin dice la palabra "brownie" un máximo con los pantalones a medio subir y el teléfono aún en mano sale tropezándose del baño. El teléfono se le cae y cuando lo recojo veo que el chat con Sofia es puro nudes.

Le devuelvo su celular el cual toma como si nada. Parece que lo que a Máximo le falta de cerebro lo compensa con... digamos actitud. Ya entendí porque a Sofia le gusta tanto.

Me había olvido completamente de ella y de lo que le prometí. Volteo para ver a su novio y ya es muy tarde, ya se devoro el brownie. Espero que ella no se enoje conmigo.

Siento la mirada de ellos sobre mi mientras veo el postre con droga. Normalmente no lo comería, ni siquiera lo consideraría. Pero deseo tanto ser incluida que me lo como, no quiero que piensen que soy una perdedora.

Bajo la mirada de todosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora