Jayden García
Me levanto con pereza tras escuchar a mi madre despertándome por cuarta vez. A veces esa mujer puede ser bastante insoportable, no tengo idea de como su esposo la soporta. Debe de ser un santo para tolerarla. Lo único que quiero es ahorrar suficiente para salir de aquí.
Me meto al baño para darme una ducha rápida y rasurarme. Al salir de mi cuarto puedo sentir la mirada juzgona de mi madre quemándome la nuca. Ella sigue muy enojada porque dejé la universidad. Pero simplemente ser abogado no es lo mío, lo que yo quiero es conocer el mundo. No entiendo porque es tan difícil de entender para ella, no es como que le hablara en japones.
Bajo a la cocina y solo tomo una manzana porque ya voy tarde. Salgo en dirección al trabajo. Mi madre me consiguió un trabajo en una cafetería a través de una amiga suya. Ella cree que este año sabático me ayudara para madurar y luego regresaré a la escuela de derecho. Lo que ella no sabe es que lo hago para juntar suficiente dinero e irme tan lejos como pueda.
Mi jefe me reclama por llegar tarde a lo que solo puedo disculparme con un "lo siento". Comienzo por barrer todo el lugar antes de abrirlo. Como ya se les hizo costumbre ingresan los mismos clientes de siempre y piden lo mismo de siempre. Ni siquiera es necesario que les pregunte que quieren porque ya me lo sé de memoria. Hay veces que me gustaría decirles "saben que vendemos más cosas ¿Cierto?". Pero bueno siempre me contengo.
Pasado el mediodía llega una chica que sacude todo el lugar con su presencia, tiene tanta seguridad en sí misma que hace todas la volteen a ver. No es muy alta mide tal vez 1.65m y eso siendo generosos. Tiene un cabello rizado negro que hace resaltar sus ojos. Y una personalidad que fuerte que intimidaría a cualquiera, a cualquiera menos a mí.
—¿Qué vas a querer Jhomayra? —Le pregunto cuando llega a la caja.
—No sé ¿Qué me recomiendas? —Me pregunta
—Honestamente que vayas a Starbucks, pero el nuevo late de menta no es tan malo. —Le respondo.
—Entonces dame uno de esos.
Ella ha venido cada día de las últimas semanas y cada vez pide algo distinto. Para alguien que niega que le gusto se toma muchas molestias para conseguir café. Pero bueno ella es demasiado egoísta y egocéntrica para mi gusto. Así que puede seguir viniendo porque no cometeré el error de acostarme con ella de nuevo. Luego de que lo hicimos se puso insufrible, queriendo que le llevara el desayuno y no se que más cosas como si fueramos novios.
Le llevo su café y me agradece con una sonrisa. Luego me voy a atender a otros clientes. Llega un enorme señor que tengo miedo de que rompa una de las sillas y también hay una señora que solo llega robarse el wifi por lo que la tendré que echar.
Al finalizar mi turno y luego de limpiar los baños, noto que hay una chaqueta olvidada sobre una de las sillas. Lo tomo y podría reconocer ese perfume donde sea, es de Jhomarya. De seguro una de sus ideas para llevarme a la cama. Ella no entiende que fui lindo con ella porque sentí lastima de que sus padres hubieran muerto, nada más. Yo nunca me interesaría en alguien tan egocéntrico.
Llego a la casa y para mi mala suerte mi hermanita no está por lo que debo de llevarle su chaqueta a Jhomayra yo mismo. Toco la puerta de su casa y el destino me sonríe porque me abre la otra chica, Nad.
—Jhomayra dejó esto en la cafetería. —Le digo entregándole la chaqueta.
—Yo no soy tú mensajera. —Me responde ella en un tono muy grosero.
Se escucha que alguien le habla desde adentro —Cariño no seas tan grosera. —Luego esa persona se acerca a la puerta y toma la chaqueta —No te preocupes, yo se la daré.
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Bajo la mirada de todos
RomanceMadelyn es una chica de dieciséis años la cual ha estado enamorada de Yostin desde la primaria. Ella es invisible, pasa desapercibida. La única razón por la que va a la escuela es para escapar del drama de su casa y por supuesto para ver a Yostin de...