Alison

Capítulo 9.

Estoy empezando a enloquecer ¿Cómo pudo un sueño afectarme tanto hasta lograr que me toque? ¡Dios mío! ¡Encima con el pervertido soñé! No niego que están muy buenos, pero ¡Tocarme por uno de ellos!

No, no, esto está muy mal.

Si acabo de tener un sueño húmedo y apenas estoy con ellos ¿Qué pasará luego?

—Tendrás se3xo — Dice mi mente.

Camino de un lado a otro por la habitación, después de lo que pasó me fui a dar una ducha y me quedé despierta pensando, es como si sintiera que hice mal, pero necesitaba apagar ese fuego.

—¿Bonita? — Un golpeteo en la puerta me hace detenerme, no solo el golpeteo, si no esa voz.

"Quiero enterrarme en ti, bonita"

Me quedo como idiota mirando la puerta.

—¿Bonita? — Otro golpeteo me hace bajar de las nubes.

Reacciono y me encamino a paso lento, no sé porque razón estoy nerviosa ¿Qué está mal en mí?

—¿Qué sucede Maiden? — frunció el ceño y apoyó mi oreja en la puerta.

—No abre, me estoy preocupando — le contesta Maiden a alguien.

—Debe estar durmiendo. — es Andrés.

Destrabo la puerta y la abro, ambos hombres me observan de arriba abajo buscando algún indicio de por qué tarde en abrir, les doy un breve repaso. Andrés está con un delantal de cocina en su cintura, no me deja ver mucho de lo que lleva puesto, pero lo que veo es un jean negro y una remera blanca, y Maiden lleva un pantalón negro y el torso desnudo.... ¡Madre mía! Nunca vi un abdomen tan trabajado como el suyo.

—¿Te gusta lo que ves? — me pregunta divertido mientras se toca su cuerpo.

—Ya quisieras. — entrecierro los ojos, joder, no puedo evitar pensar en mi sueño, en como sentí su cuerpo junto al mío.

—Si, lo quisiera. — apartó la mirada de él y observó a Andrés que nos miraba con una sonrisa.

—¿Qué necesitaban?

—Buenos días — me dice Andrés — ¿Vas a bajar a desayunar?

—No tengo apetito, pero gracias.

—No comes mucho, ¿Estas enferma? — me tenso en mi lugar.

—¿Qué? No, no, solo...no soy mucho de desayunar.

—Bien, cualquier cosa te dejo algo en la heladera — avisa Andrés, los ojos del pervertido me escanean poniéndome nerviosa.

—Gracias.

—De nada, bonita.

—Oye — se queja Maiden — yo la llamo así, es mi bonita.

Andrés levanta sus manos en son de paz

—De nada, preciosura... ¿Así está bien?

—Perfecto — le contesta satisfecho Maiden.

Ruedo mis ojos.

(....)

Estoy aburrida en esta habitación, he comido unas galletas que me encontré en la alacena, no puedo dejar de comer de golpe. También me he estado escondiendo de Maiden, es que cada vez que lo veo recuerdo ese maldito sueño.