Alison

Capítulo 15.

Y dejé que el tiempo pasara, en la boda no les dije nada, no iba arruinar la celebración, cinco meses para ser exacta, hasta que no aguante más y les dije el mismo día que Emily se enteró que estaba embarazada. En ese instante fui una cascada, lloré mucho más que cuando mis padres fallecieron, ellas fueron tan afectuosas conmigo, se tomaban un tiempo para venir a visitarme más Emma.

Ya cada una tiene su vida formada, Astrid ya tuvo a su primera hija "Elena" Es una beba muy hermosa, me la trae para que la vea a veces, Emily está a punto de tener a su hijo "Bautista", la he visto muy nerviosa y ansiosa y Emma inesperadamente se comprometió, eso sí fue sorpresivo.

Y yo estoy agotada, no solo físicamente, emocionalmente también. He tenido un ataque cuando...cuando se me ha caído el cabello, no quiero hablar de eso, aparecieron hematomas en mi piel, no son muy grandes pero se notan.

Los chicos, con ellos estoy totalmente agradecida, quien los haya puesto en mi camino se merece el cielo.

—¿Quieres algo más? — Me pregunta Emma acariciando mi mano.

—No — toso — estoy bien.

—Ali — Hay viene el regaño — Ya te dije que a mí con mentiras no.

—Lo siento, es que estas todo el tiempo conmigo y siento que soy una carga.

—¿Qué? ¡No eres ninguna carga! No vuelvas a decir eso...Eres mi hermana y siempre voy a estar para ti — se acuesta a mi lado y apoya su cabeza en mi hombro — en las buenas y en las malas, ¿Te acuerdas?

—En las buenas y en las malas.

Siempre.

Sonrió.

Esa es nuestra palabra para saber que por más que el mundo se venga abajo siempre vamos a estar juntas "En las buenas y en las malas"

—¿Hoy vas a ir allá?

Sé que hoy volverá a nuestro mundo para visitar a Alan y ver su empresa.

—Si, espero no cruzármela.

Emma detesta a su madre y yo también lo hago, esa mujer es el diablo encarnado, la trata muy mal y por suerte Emma aprendió a vivir sin ella.

La puerta de la habitación se abre.

—¿Puedes explicarme por qué Maiden me dijo que te negaste? — me pregunta Nicolás mirándome dolido.

—Porque no quiero.

Nicolás niega con la cabeza y patea la cama como niño pequeño, ruedo mis ojos.

—Es la única solución — gruñe.

—¿Qué solución?

—Ninguna.

—¿No se lo dijiste a tu amiga?

—No es asunto tuyo.

—Oigan, no entiendo nada...Nicolás, ¿De qué solución hablas?

Miró suplicante a Nicolás, no quiero que le diga absolutamente nada.

—De la que puede salvar la vida de tu amiga.

Gruñó internamente. No se sabe si puede salvarme, no es cien por ciento seguro que funcione y no quiero darle falsas esperanzas.

—Oh por dios — chilla Emma — eso es muy bueno.