Alison

Capítulo 10.

Tocó mis labios y recuerdo las sensaciones que tuve cuando me besé con el pervertido, sin contar que el corazón latía como loco.

Después del beso e hice algo que jamás creí que haría...Hui, como una cobarde, me he encerrado en la habitación y no he salido para nada.

No niego que ese beso revolucionó todo en mí ¿Será que es solo atracción?

No quiero sentir algo más, tampoco quiero ilusionarlos cuando sé que no tengo mucho tiempo, no me iría tranquila sabiendo que hice daño a alguien.

Sé que debería intentarlo con ellos, pero entonces recuerdo que tengo cáncer y retrocedo.

Temo a sentir amor por alguien más que no sea yo, odio el sentimiento de dolor, lo he sentido a lo largo de mi vida y otra vez no creo soportarlo.

Soy consciente que la vida es una y tenemos que disfrutarla al máximo, pero en mi caso quiero encerrarme en un cuarto y estar sola.

Me gusta la soledad, me ayuda a pensar.

Se podría decir que soy una persona introvertida.

—Preciosa — golpean la puerta de mi habitación, alzo la mirada y me levanto despacio de la cama, anoche casi me desmayo, me sentí muy débil y cansada.

Abro la puerta y veo a un sonriente Andrés que cambia el gesto al verme.

—Estás pálida. — lleva su mano a mi frente preocupado —. estas caliente.

—Estoy bien — susurro.

—Eso no me parece, ven — me agarra de la cintura y me arrastra hasta mi cama, bufo — acuéstate.

Me acomodo bien en la cama y llevo mi mano a mi frente, cierro mis ojos unos segundos.

—Hace frío. — Trato de incorporarme para tomar la frazada y Andrés me la quita, gruño molesta —. tengo frío.

—No, nada de taparse. Llamaré a Maiden — niego con la cabeza — ¿Por qué no? Él es médico.

—No quiero verlo... provoca cosas raras en mi — bostezo, entrecierro mis ojos — no lo traigas.

—¿Qué cosas provoca?

—Me....Espera, no te diré nada.

—¿Por qué?

—Eres su hermano dah. ¿Qué me sucede? ¿Por qué...porque estoy diciéndote estas cosas?

—Creo que es la fiebre, espérame acá.

Asiento lentamente y abrazo mi almohada, oigo sus pasos alejándose y siento otro escalofrío recorrer mi cuerpo, tengo frío.

—¿Bonita? — Unas manos me toman de las mejillas, hago un puchero, no quería verlo a él — ¿Acaso quieres otro beso?

—¿Beso?

—Aléjate. — Con mis manos trato de empujarlo, pero es como si no tuviera fuerzas.

Sus manos ásperas inspeccionan todo mi rostro, abro mis ojos y chocó con unos grises brillantes.

—Tienes mucha fiebre, debe ser por el clima, te daré un medicamento que te ayudará — me dice viéndome preocupado — suele pasar que los que vienen tienen fiebre, pero más cuando la persona está débil.... ¿Comió? — esa pregunta va dirigida a Andrés que está al lado suyo con los brazos cruzados.