Alison

Capítulo 11.

Me agacho frente al inodoro y como si tuviera una bomba atómica en el estómago, vómito. Es extraño pues no he comido nada todavía, mis ojos están cerrados con fuerzas.

Finalmente, las arcadas concluyen y trato de calmarme hasta que finalmente abro mis ojos, me incorporo con las piernas temblando y jalo la cadena del drenaje.

Despacio camino hacia el lavado y observo mi reflejo en el espejo, mi rostro está blanco, mis labios se ven algo secos, los humedezco con mi lengua.

Ya pasaron seis días desde que el pervertido me dijo que está enamorado de mí, ya no huyo como antes solo me mantengo al margen, no quiero ilusionarlo, pero no puedo evitar sentirme bien a su lado, quiero alejarlo, pero otras veces lo quiero cerca, soy una indecisa. Al que todavía no hablo mucho es con Nicolás, está muy metido en su oficina trabajando, viene a verme como estoy, pero no se queda mucho tiempo, ahora tiene la costumbre de besarme en la frente cada vez que se va.

Lo siento más cerca de mí a los cuatro y si, provocan confusión en mi cabeza y aceleran mi corazón.

Lavo mi rostro con agua de la canilla y me seco con una toalla que está colgada, hoy vino de visita Emma y Analía, estaba sentada con ellas cuando me empecé a sentir mal, lo que hice fue mentirles que hidria al cuarto a buscar una campera y salí casi corriendo, se podría decir que ya empecé con las náuseas. He estado pensando en decírselo a Maiden ya que él es médico, quizás puede ayudarme y tal vez haya una cura, no lo sé, es difícil.

Salgo del baño y me encamino hacia la salida de mi habitación, bajó las escaleras lentamente y avanzó hasta la cocina donde la risa de Emma resuena.

—¿De qué hablan? — Pregunto y me siento frente a Emma.

—¿Ali, estás bien? — Emma me mira preocupada.

—Lo estoy, algo me cayó mal — le doy una pequeña sonrisa.

—¿Segura? ¿Podríamos llevarte al médico?

—¡No!...No, me gustan las agujas.

—Está bien. — suspira —. pero si te sientes muy mal, me avisas ¿Si?

—Por supuesto.

Besa mi mejilla y se vuelve a sentar, sus ojos aun me observan preocupados.

Emma es una gran amiga, sé que ella se dio cuenta que algo le estoy ocultado, pero también entiende que necesito mi tiempo y la quiero mucho por respetarme. Hace unos días vino de visita porque el idiota de Chris le dijo en pocas palabras que es una "Puta" me cayo súper mal aunque le hice el chiste que lo era, no me agrado, a una mujer nunca hay que faltarle el respecto y al hombre tampoco, le dolió, lo vi en sus ojos, lamentablemente mi amiga cayo, cayo enamorada de esos tres lobos.

Después de dos horas Emma se fue, supuestamente tiene una cita, una cita con la cama. Emma es muy activa por lo visto.

—Ahora que tú amiga no está, ¿Qué está sucediéndote?

Analía se ha comportado muy amable conmigo e incitadora a que le dé una oportunidad a sus hermanos, es una mujer muy extrovertida y he visto que le encanta molestar a sus hermanos, la otra vez hizo enojar a Maiden de que me iba a llevar a conocer a otros hombres lobos, los demás también se enojaron pero lo disimularon bien.

—¿De qué hablas?

—Te he oído vomitar.

Su respuesta logra hacer que me quede tiesa, trago saliva. Claro que me oyó si tiene su súper oído.

—Alison, te considero una amiga, eres la única amiga que tengo, la única que siento que no me defraudara. Sea lo que esté sucediendo puedes contar conmigo. — toma mi mano por encima de la mesa.

Parpadeo, siento como las lágrimas quieren salir, estoy muy sensible y no aguanto más, siento que soy una bomba a punto de explotar.

Sus ojos grises me miran preocupada, se levanta de la silla y camina hacia las puertas de la cocina, las cierra para darnos privacidad.

—Los chicos no están cerca, no oirán nada de lo que me digas ¿Bien? — se coloca a mi lado.

—No es fácil para mí.

—Quizás te haga bien soltarlo, puedes confiar en mí, juro por la diosa luna que esta conversación nunca pasó.

—Tengo....tengo cáncer.

Ella suelta un jadeo sorprendida y me escanea.

—Me lo diagnosticaron antes de que aparezca acá, no he tenido el valor de decirles a mis amigas, no quiero que me vean con lástima y no quiero que estén dejando su vida a un lado por mí. Tengo miedo — admito y suelto un suspiro de alivio — creo que me hizo bien decirlo.

—No me lo esperaba. Creí que estabas embarazada.

—¿Qué? ¡No! ¿Y cómo voy a estar embarazada si no me acuesto con nadie hace mucho tiempo?

—Mis hermanos deben estar volviéndose locos, pobres. ¿Los vas a dejar en abstinencia por más tiempo?

—Tal vez.

—Eres cruel, ¡Me encanta! — sonrió de costado — dejando a un lado a los idiotas de mis hermanos, quiero que sepas que lo que necesites yo estoy, a la hora que sea vienes a mi casa ¿Bien? — asiento con la cabeza — Va a ser duro para ellos — susurra más para sí misma.

Hace algo que no me esperaba, envuelve sus brazos detrás de mi cabeza y me abraza, algo confundida y sorprendida le correspondo.

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