| ᴠ ᴇ ɪ ɴ ᴛ ɪ ᴅ ᴏ́ ꜱ |

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Caminaba en silencio mientras sentía la mano ajena sostener la suya sin problemas.

Hyunjin miró de reojo al peliazul a su lado y no evitó sonreír al notar inmediatamente el disgusto en el perfil del mayor.

— ¿Te gustó la película? —preguntó con mofa.

— No, fue una mierda —escupió sin problemas, causando la risa del rubio que no demoró en colgarse de su brazo para luego depositar un casto beso sobre su mejilla, haciéndolo sonreír —. Te traje a verla porqué me dijiste que querías venir, pero a mi no me gustó.

— Lo sé —dijo sonriendo. Amaba que Jeongin fuera tan sincero y le dijera lo que pensaba sin problemas, a pesar de que quizá a él no le gustara la declaración—, igual gracias, amorcito.

— ¿Gracias? No es suficiente para hacerme desaparecer el disgusto —gruñó fingiendo enojo.

— Ya lo sé —murmuró sonriendo.

Apretó la mano ajena y enseguida el mayor lo miró expectante, pero sólo recibió una media sonrisa del rubio así que no necesitó que le dijera algo.

Salieron del cine para ir hasta el vehículo de Yang. Aún era temprano pero ya no tenían necesidad de ir a otro lado a pasar el rato, así que sólo decidieron irse.

— ¿Te quedas a dormir? —preguntó Jeongin mientras ponía en marcha el coche.

— Ni hace falta que preguntes —respondió sonriendo. Enseguida desvió la vista hacia la ventana y se quedó pensativo un momento, hasta que decidió hablar nuevamente—. Hoy le conté de ti a mi mejor amigo. Me gustaría que lo conocieras algún día de estos.

— Durante la semana no puedo, pero el próximo sábado sí, o incluso mañana —ofreció.

— Está bien, mañana lo llamaré temprano, o quizá después. Seguro se duerme tarde, siempre lo hizo.

— Bebé, más tarde ni siquiera vas a tener voz —dijo sonriendo descaradamente.

— ¿Ah no? —inquirió con una sonrisa ladina. Sin dudar, estiró la mano y la llevó hasta la pierna del peliazul que no evitó respirar profundo al sentir la mano traviesa de Hyunjin pasándose con lentitud—, ¿y por qué no? —provocó.

— Porqué vas a gritar... ¡joder, Jin, no hagas eso! —bramó rápidamente cuando la mano ajena apretó su miembro, desconcentrándolo del camino por unos segundos.

— ¿Cómo acabas de gritar tú? —se burló. El rubio se acomodó nuevamente en su asiento y no reprimió unas cuantas risas.

Jeongin lo miró fugazmente y al final terminó sonriendo divertido, porqué era obvio que lo iba a hacer sufrir gracias a su bromita.

Jeongin lo miró fugazmente y al final terminó sonriendo divertido, porqué era obvio que lo iba a hacer sufrir gracias a su bromita

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Malcriado.《 Hanknow 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora