| ᴛ ʀ ᴇ ɪ ɴ ᴛ ᴀ |

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Cerró la puerta del baño detrás suyo y no demoró en comenzar a desvestirse con algo de rabia mientras pensaba en la situación en la que estaba con Minho.

Habían cenado hace un rato, incluso en la mesa con los mayores presentes la incomodidad entre ellos era palpable, además, el pelinegro comía sin decir palabra alguna o dedicarle una mirada siquiera, como si no estuviera a su lado.
Comenzaba a frustrarse, realmente no pensó que fuera a afectarle tanto la indiferencia del menor, o quizá, su pensamiento de que nada iba a cambiar lo había hecho creer algo que estaba lejos de ser real, porque Min no era tan tonto como para seguir cerca suyo a pesar del rechazo.

Lo subestimó bastante, y ahora estaba viendo la consecuencia de ello.

Se acercó a la ducha y abrió el agua, no tardó en ambientarse así que entró enseguida y sin más comenzó a bañarse. Nunca demoraba, por lo tanto salió luego de unos minutos. Se lavó los dientes y salió del baño con una toalla alrededor de la cintura con la intención de ponerse el pantalón pijama y acostarse a dormir, pero cuando abrió la puerta de su cuarto no evitó sorprenderse al ver a Minho sentado en la cama, dándole la espalda mientras miraba atentamente el porta retrato que siempre estaba sobre su mesita de noche.

— ¿Qué estás haciendo? —preguntó mientras cerraba la puerta, sólo en ese momento el menor notó su presencia, así que devolvió el adorno a su lugar y volteó a mirarlo.

Minho no pudo evitar ponerse nervioso apenas lo vio, ni siquiera estaba seguro del porqué estaba ahí. Sólo fue en un arrebato de idiotez porque en realidad había estado todo el día pasando de él, y ahora estaba ahí, enfrente del mayor semidesnudo... bueno, en realidad estaba desnudo pero agradecía a la toalla que se notaba firme alrededor del cuerpo de Jisung.

¿Y ahora qué se supone que iba a decirle?

Estaba siendo un idiota, luego de lo sucedido ya no quería estar cerca de Jisung... y en realidad ya no lo estaría porque en unos días se iría y se prometió que después de salir de esa casa no volvería a buscarlo ni mucho menos a pensar en él, pero ahora mientras lo miraba, se estaba diciendo que aún no se iba, y que a pesar de estarse sintiendo un idiota masoquista la verdad no importaba.

Quizá luego se arrepentiría y se diría que había sido un imbécil nuevamente, pero en ese instante, mientras se acercaba al mayor y agarraba el borde de la toalla, nada se estaba sintiendo incorrecto.

— Minho... —pronunció Jisung con precaución, sin bajar la vista y sólo sintiendo que la única prenda que cubría su cuerpo estaba siendo arrebatada por el menor.

No le molestaba aquello, porque de hecho se estaba controlando mucho para no agarrarlo y tirarlo a la cama. Lo que en realidad lo estaba haciendo dudar era el sentir de Minho luego.

— Tranquilo hyung, ya me quedó todo claro, pero estoy necesitando esto —dijo suavemente, sin burla ni diversión, tan serio que no necesitó de más para convencer a Jisung.

El rubio estiró la mano y lo atrajo para besarlo con ferviente necesidad, cosa que hizo sonreír a Minho entre el beso; su mayor lo había rechazado, pero se notaba que lo deseaba, y eso era suficiente en esos momentos.
Aprovechó de estirar la mano por el costado del rubio y tantear el seguro de la puerta para asegurarla, una vez hecho fue bruscamente empujado hasta la cama, en donde cayó y recibió al rubio encima acomodándose entre sus piernas.

Malcriado.《 Hanknow 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora