VI

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La dificultad estaba en que no podían cabalgar en seguida.

Yeol debería haberse acostumbrado a trabajar con una tropa dividida, habiendo tenido, por ahora, una gran cantidad de práctica. Pero esto no era un pequeño grupo de mercenarios, esto eran dos fuerzas poderosas que eran enemigas tradicionales, encabezadas por volátiles generales en ambos bandos.

Jackson cabalgó hasta Fortaine para su primer encuentro oficial con su boca torcida. En la sala de audiencia Yeol se encontraba en espera, tensa, por la llegada de Baekhyun. Yeol observó a Baekhyun  entrar con su primera asesora Hwasa y su capitán Kangin. Él estaba francamente incierto de si iba a ser una mañana de punciones invisibles, o una serie de observaciones increíbles que dejarían a todos con la mandíbula en el suelo.

De hecho, esto era impersonal y profesional. Baekhyun era exigente, centrado, y habló en su totalidad en akielense. Hwasa y Kangin manejaban menos el lenguaje y Baekhyun tomó la delantera en la discusión, usando palabras akielenses tales como Phalanx como si no las hubiera aprendido de Yeol hace tan sólo dos semanas antes, y dando la calmada impresión general de fluidez. El pequeño fruncimiento del ceño mientras recordaba el vocabulario, el "¿Cómo se dice...?" o "¿Cómo se le llama cuando...?" habían desaparecido.

—Es una suerte para él hablar nuestro idioma tan bien—dijo Yifan, mientras regresaban al campamento akielense.

—Nada que lo involucre tiene que ver con la suerte—dijo Yeol.

Cuando se quedó solo, observó fuera de su tienda. Los extensos campos parecían tranquilos, pero pronto los ejércitos se moverían. El contorno rojo del horizonte crecería más cerca, elevando el terreno que contenía todo lo que él alguna vez había conocido. Rastreó con los ojos y cuando terminó, apartó la vista. Él no miró el floreciente nuevo campamento vereciano, donde las sedas de colores eran levantadas por la brisa y el sonido ocasional de risa o cantarina era llevado a través de la mullida hierba del campo.

Estuvieron de acuerdo en que sus campamentos se mantuvieran separados. Los akielenses, al ver las tiendas de campaña verecianas comenzando a brotar en los campos, con sus banderines y sus sedas y sus paneles multicolores, fueron desdeñosos. Ellos no querían luchar junto a estos nuevos y sedosos aliados. Sumado a esto, la ausencia de Baekhyun en Charcy había sido un desastre. Su auténtico primer mal paso táctico, del que todavía estaban tratando de recuperarse.

Los verecianos eran desdeñosos también, de una manera diferente. Los akielenses eran bárbaros que permanecían en compañía de sus bastardos y caminaban por los alrededores semidesnudos. Oyó los fragmentos de lo que se decía a las orillas de su campamento, las llamadas obscenas, las burlas y mofas. Cuando Minhyuk pasó por delante, Kibum chifló.

Y eso fue antes de los rumores más específicos, los murmullos entre los hombres, la especulación de soslayo que tenía Yifan sobre la cálida noche de verano, en la que dijo:

—Toma un esclavo.

—No— le había contestado Yeol.

Se centró en el trabajo, y en el ejercicio físico. Durante el día se volcó en la logística y la planificación, las bases tácticas que facilitarían una campaña. Trazó rutas. Creó líneas de suministro. Comandó instrucciones.

Por la noche iba solo al campamento, y cuando no había nadie alrededor de él, sacaba su espada y practicaba hasta que goteaba de sudor, hasta que ya no podía levantar su espada, sino sólo mantenerse en pie, con los músculos temblando y la punta de su espada señalando al suelo.

Se iba a la cama solo. Se desnudaba y lavaba él mismo, y sólo utilizaba escuderos para llevar a cabo aquellas tareas serviles sin intimidad.

Se dijo que esto era lo que había querido. Existió una relación de trabajo entre él y Baekhyun. Allí ya no había una ―amistad― pero esta nunca hubiera sido posible. Había sabido que jamás iba a suceder aquella fantasía estúpida de mostrarle a Baekhyun su país; la de Baekhyun apoyado en el balcón de mármol en Ios, girándose para saludarlo en el aire fresco con vistas al mar, con los ojos brillantes por el esplendor de la vista.

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