XIX

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Los pasillos eran un caos.

Yeol tomó una espada y se hizo paso a través de ellos, corriendo cuando pudo. Grupos de hombres combatían. Ordenes fueron gritadas. Los soldados derribaban una puerta de madera de gran espesor.

Un hombre fue tomado de los hombros y obligado a arrodillarse, y con una pequeña descarga Yeol reconoció a uno de los hombres que lo habían sujetado—traición por poner las manos en el Rey.

Necesitaba encontrar a Jongin. Los solados de Baekhyun tenían sus órdenes, tomar las puertas exteriores con rapidez, pero los hombres de Jongin defendían su retirada, y si Jongin lograba salir del palacio y reagruparse con sus fuerzas, eso significaría una guerra total.

Los hombres de Baekhyun no iban a ser capaces de detenerlo. Eran soldados Veretianos en un palacio Akieliano. Jongin sabía que era mejor no intentar salir por la entrada principal. Jongin podría escapar a
través de los túneles ocultos. Y Jongin tenía una ventaja inicial.

Así que corrió. Incluso en medio de los combates, algunos trataron de detenerlo. Uno de los soldados de Jongin lo reconoció y anunció que estaba ahí, pero no atacó a Yeol él mismo. Otro, se encontraba en el camino de Yeol, retrocedió. Una parte de la mente de Yeol registró esto como un efecto de Baekhyun en el campo en Hellay. Incluso los hombres que luchan por sus vidas no pueden superar una vida de acatamiento y directamente atacar en contra de su Príncipe. Tenía un camino despejado.

Pero incluso corriendo, no iba a llegar a tiempo. Jongin escaparía, en algunas horas los hombres de Yeol rastrearían la ciudad, buscando en casas con antorchas por la noche, Jongin se escabulliría, ocultado por los simpatizantes, al encuentro con su guerra armada civil rodando como flamas sobre su país.

Necesitaba un atajo, un camino que cortara el de Jongin, y luego se dio cuenta de que conocía un camino, una ruta que Jongin nunca tomaría, no podría concebir tomarla, porque un príncipe no tomaría esos pasajes.

Dio media vuelta. En lugar de ir a las puertas principales, se dirigió a la sala de observación, donde se exhibían los esclavos para sus amos reales. Se volvió hacia los estrechos pasillos a lo largo del que había sido tomado en esa larga noche tiempo atrás, la lucha estaba convirtiéndose en gritos y sonidos metálicos distantes detrás de él, se ahogaban cada vez más mientras corría.

Y a partir de ahí, descendió hacia los baños de los esclavos.

Entró en una amplia habitación de mármol con los baños abiertos, la colección de frascos de cristal que contenían aceites, el riachuelo en el lado más alejado, las cadenas colgando del techo, todo familiar.

Su cuerpo reaccionó, su pecho contrayéndose, su pulso golpeando fuerte. Por un momento, él estaba colgando de las cadenas otra vez, y Kyungsoo venía hacia él a través del mármol.

Parpadeó haciendo retroceder la visión, pero todo le era familiar, los arcos anchos, el sonido del chapoteo de agua que reflejaba la luz en el mármol, la pared de cadenas que no solo colgaban del techo pero decoraban en intervalos las cámaras, las bobinas, el vapor pesado.

Se forzó a sí mismo para avanzar dentro de la cámara. Pasó a través de un arco, luego otro y luego estaba en el lugar donde necesitaba estar, mármol blanco y con un conjunto de escalones fijos tallados contra la pared del fondo.

Y entonces tuvo que parar, y hubo un intervalo de silencio. Lo único que podía hacer era esperar a que Jongin que aparecíera en la parte superior de la escalinata.

Yeol se puso de pie, con la espada en sus manos, y trató de no sentirse pequeño, como un hermano menor.

Jongin entró solo, sin siquiera una guardia de honor. Cuando vio a Yeol, dio una risa baja, como si la presencia de Yeol satisficiera en él un cierto sentido de lo inevitable.

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