Te Haré Mi Reina / Chloé Y Luka

Zoé

Después de un día normal de clases y una tarde estudiando junto a sus amigos, Zoé se fue al hotel, siendo acompañada por Alix.

— ¿Entonces aún no lo entiende? –la pelirroja vió como la rubia asentía– Pero ya pasó una semana. No es posible que existan personas tan ciegas.

— Descuida, no es para tanto.

— Claro que lo es. Primero lo hace sentir incómodo...

— Eso no fue intencional –interrumpió Zoé

— Digamos –rodo los ojos– Luego en el cine hace un escándalo espantando a todos y él no...

— Él no tiene la culpa y mucho menos Chloé –volvio a interrumpir la rubia– Ya habrá oportunidad para que los...

— Lo mismo dijiste durante la semana. Primero en casa de Juleka, luego en el parque, en el instituto, ayer en el concierto y hoy... en la biblioteca. Simplemente deja que te ayude.

— No sabía que estabas contando todas mis desgracias –bromeó Zoé

— No lo haría sí no fueran tan evidentes –sonrió Alix

— En ese caso entonces si necesitaré tu ayuda. ¿Alguna idea?

— Si. Mañana es viernes y para que Chloé pueda, de alguna manera mejorar las cosas con todos, podríamos... inventar alguna escusa para que tengan que irse los tres juntos y ahora que lo pienso ya se quien nos ayudará a lograrlo.

Zoé la miró confundida, mientras Alix sonreía y continuaban su camino hacia el hotel.

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— No es posible que hicieras eso. –dijo Adrien mirando a su primo, mientras se acercaban al pequeño escenario de ensayo

— ¿Y que se suponía que hiciera? Chloé y yo simplemente no nos llevamos bien.

— Quizás debas hacer el intento por...

— No intentes manipularme, Adrien. –se cruzó de brazos, mirando a su primo con mucha seriedad– Yo no pienso cambiar solo por una persona y mucho menos si eso implica que deba soportar a Chloé.

— Tiene razón. –dijo Luka interviniendo en la plática, obteniendo una morada molesta por parte del Agreste, mientras le entregaba una bebida a Félix– Lo siento, Adrien pero en esta ocasión estoy de acuerdo con Félix

— Al fin coincidimos en algo –dijo mostrándole una pequeña sonrisa

— Uno no debe cambiar solo por una persona. –añadió el azabache

— Exacto –Félix lo miró orgulloso

— Uno solo puede cambiar por la persona especial. –el par de rubios lo miró– Ya saben, aquella persona que te haga sonreír sin que te des cuenta, que te haga llorar de felicidad, que te provoque un cosquilleo cada que te ve.

— Pues tienes razón –comentó Adrien mirando hacia los tejados más cercanos, con una tierna sonrisa

— Y evidentemente Zoé no es esa persona especial para Félix –añadió el azabache.

Adrien y Luka miraron discretamente a Félix, notando como sus mejillas se pintaban de un color rojizo. Segundos después, el Graham levantó la mirada.

— Quizás... Pueda intentarlo, pero no prometo que pueda soportar a Chloé.

Tanto Adrien cómo Luka sonrieron victoriosos.

— Entonces... ¿Qué planeas hacer? –preguntó Adrien comenzado a tocar el teclado

— ¿Yo? Nada ¿Por qué?

— Porque quizás sea bueno que des el primer paso por Zoé –respondió Luka– No es por nada pero tengo algo de experiencia con las chicas y podría ayudarte.

— Claro y por eso Marinette te dejó por Adrien –añadió Félix

— Estás equivocado –dijo Adrien– Marinette no terminó con Luka por mi, lo hizo porque estuvo con muchas cosas y...

— ¿Es enserio? –interrumpió Félix con un obvio tono de sarcasmo

— Si, ella solo es una amiga –sonrió como ya era costumbre, mientras continuaba tocando el teclado

Félix y Luka se miraron y se dieron una palmada en la frente, ante aquella frase tan conocida.

— No quieres quedar como él ¿Verdad? –dijo Luka mirando a Félix, mientras este tomaba la bebida

— Dudo que alguien pueda ser tan ciego –dijo Félix– de seguro solo está haciéndose al desentendido

— ¿Estás seguro? Recuerda que es nuevo en esas cosas del amor –miró a Félix quien se puso nervioso– como tú.

— ¿Qué tengo que hacer?

Luka sonrió y sentándose en una de las sillas, comenzó a hablar con Félix mientras de fondo se tenía la melodía que tocaba Adrien.

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