Livia
"Yo antes de ti"
Sin más, iniciamos el camino hasta mi casa. Estábamos saliendo de la plaza, cuando recordé una cosa.
–Júpiter... ¿Y tú auto? – pregunté en un murmullo. Los mellizos iban delante nuestro, mientras que nosotros íbamos justo tras de ellos.
–Hoy vine caminando, nena – respondió casual.
<<Esta es la cuarta vez...>>.
Como si no lo supiera...
Mis mejillas se tiñeron levemente de rojo – Oh... ¿Vives cerca?
–Sí, relativamente; a ocho cuadras.
<<Yo vivía a cinco y aun así llegaba tarde>>
–Una pregunta: ¿Qué haríamos en tu casa? – cuestiono en un susurro.
–Em, nada en especial... comeríamos unas pizzas y veríamos una película... - contesté ahora con tono entusiasta.
Junto a Kala, Callie y Joshua; solíamos juntarnos a hacer esto por lo menos, una vez cada dos meses. Era una forma de pasar tiempo juntos, ya que en el instituto no solíamos coincidir.
–Genial... ¿Y a tus amigos no les molesta que vaya? Es decir, no los conozco; apenas recuerdo el nombre de tu amiga rubia... ¿Kana?
–Es Kala, estuviste cerca. Pero no lo creo, ellos son muy amables...
–Yo me llamo Callie y el Joshua – menciono la pelirroja, dándose vuelta para observarnos - y podemos escucharlos.
Júpiter y yo asentimos con la cabeza, y mi amiga se dio vuelta, no sin antes regalarnos una mirada de advertencia.
–Parecen ser geniales...
–Lo son – sonreí, observando cómo Callie empujaba a su hermano a la calle. <<Se amaban, realmente>>.
– ¿Cómo... como sabían mi nombre? – indagó el pelinegro, observándome por el rabillo del ojo.
<<Esto era incómodo...>>
–Oh, tu sabes... todo el mundo te conoce – enuncié levantando mis pulgares.
El muchacho asintió lentamente, borrando la sonrisa de su cara – Entiendo.
–No debes hacerles caso ¿Sabes? – comenté en tono suave, mientras cruzábamos por una de las calles que nos dirigían a mi hogar.
– ¿A los rumores? – Río levemente – no te preocupes, aprendí a no hacerlo cuando tenía quince... sé cómo manejarlo.
<<En pocas palabras: No te metas>>.
Simplemente asentí y no agregué nada más. Ese siempre era mi problema; pensaba que tenía el poder de solucionar los problemas de los demás, cuando ni siquiera podía hacerlo con los míos.
Júpiter al ver que no agregué nada más a la conversación, me observo con expresión arrepentida – Lo siento, no quise-
–Está bien – lo corté – puedes hacer esto solo, no debo entrometerme...
–Eso no fue lo que quise decir...
–No te preocupes, está todo bien – le mostré mis pulgares, con una sonrisa – apuremos el paso, o de lo contrario al llegar; Kala se habrá comido todo.
El pelinegro asintió y tomó mi mano para empezar a correr, conmigo a cuestas.
Solté una carcajada –¿Qué haces?
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Para siempre ©
RomanceLivia es una adolescente de diecisiete años completamente normal, que trata de vivir sus últimos tiempos de diversión antes de entrar a la universidad. Por otro lado, Júpiter es un joven sin muchas esperanzas de vida, con muchos secretos dolorosos...