#12 La Rick Mitchell especial

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Cabaña: En la fotografía lucía casi tan similar a los videos de años anteriores de sueños abandonados. Katie sonreía abiertamente con emoción al descubrimiento, que el destino fuera ciertamente gracioso de tantas formas, que la familia de (t/n) vivía cómodamente y a gusto en dicho sitio, que se les veía tan contentos, su familia debía de ser tan amable & agradable como (t/n), ella se parecía a sus padres.

—Es que... ¡No lo puedo creer! — continuaría Katie con emoción mientras Aaron se encargaba de mirar la foto con la misma atención emocionante, además de ver a los hermanos de (t/n), uno se veía alrededor de su edad y el otro un poco más mayor, quizá dos años mayor —. ¡Le tenemos que enseñar esto a papá!

—Guau, ¿es la misma cabaña del video? — pregunto Aaron con interés, mirando a (t/n) y luego a su hermana a la espera de una contestación.

—Lo es — asintió (t/n) con una sonrisa al rememorar toda su vida en casa, en los tiempos anteriores, todas las aventuras vividas —. Tengo varios videos e incluso películas que muestran el alrededor, siempre me he sentido como Anne de las tejas verdes al vivir ahí, si les gusta la naturaleza, es... un sueño, pero deberíamos ponernos en marcha a sacar a sus padres de ahí cuanto antes, podemos hablar de este descubrimiento más tarde.

—Sí — comento Katie con una risa de entendimiento —, manos a la obra.

Olvidaron las conversaciones normales a mitad del fin del mundo a darle marcha a todas sus lluvias de ideas. Planeándolo en acuerdo a no volver a perderlo todo a la mitad de su función, Aaron se llevó todo lo necesario para ocultarse en las alturas y darle una ayuda a su hermana y (t/n), las chicas ordenaron todo en acuerdo para no perderse ni un solo detalle, entre ambas acomodaron a Monchi en la parte delantera del vehículo, cerciorándose de que este no pudiera salirse accidentalmente a mitad de camino, sintiendo como la ventisca nocturna acariciaba su rostro y cabello (c/c) que se mecía con suavidad mientras seguía con su trabajo, prácticamente ignorando al mundo, enfocada, sin percatarse de la mirada atenta de Katie fija en su persona, con sus ojos brillando cuando continuaba apreciando a (t/n) en silencio.

Silenciosa como el viento: ¿Cómo es que (t/n) podía verse tan encantadora haciendo algo tan común y corriente? Bueno, no era algo común, pensando en tantas cosas al mismo tiempo cuando estaban a solas, porque estaba casi cien por ciento segura de que momentos juntas y a solas no pasarían o al menos no tan pronto se repetirían.

Tragándose cada uno de los nervios Katie dio un paso adelante con su mano guiándose directamente a la de (t/n), sosteniéndola, aguardando a que (t/n) detuviera lo que hacía, con un tono rojo en las mejillas de Katie.

—¿Katie, que ocurre? — consulto (t/n), elevando su atención para que sus ojos se encontraran, notando prontamente el rubor en la otra chica, Katie sintió un mar de mariposas revoloteando alrededor cuando (t/n) le regalo una hermosa sonrisa nerviosa, y entonces no espero a un momento perfecto, porque era una estupidez esperar, ahora era el momento, sin esperar más sujeto la camiseta de (t/n) para obligarla a acercarse, tropezando con sus pies, y entonces sus labios se conectaron con torpeza, (t/n) tembló... su rostro tornándose tan rojo como un tomate, pero entonces permitió tranquilizarse, guiando sus brazos alrededor del cuello de Katie para seguir con el beso, era el fin del mundo...

Olvidando todo alrededor de ambas & en si nadie podría molestarlas de compartir un momento dulce que confirmaba las emociones hacia la otra. Sonrientes cuando se apartaron, algo torpes, con sus rostros enrojecidos sin poder ocultarlo adecuadamente cuando ambas rieron antes de apartarse.

—Somos un equipo, vamos a conseguirlo — se intentó animar Katie mientras sostuvo la mano de (t/n), ambas nerviosas, pero bastante contentas de sentir lo mismo.

—Mientras permanezcamos juntas, todo estará bien.

Finalizo (t/n) acariciando la mano de Katie & con ello se distanciaron para encaminarse al lado correspondiente en el vehículo. Sería una aventura de locura como todos esos días, momentos que nunca se olvidarían y que en el futuro se podrían reír a carcajadas de todo, de sonrisas esperanzadas a salvarlos a todos, para recuperar sus vidas.

La conducción de Katie daba a mucho para desear, aunque (t/n) solo no era capaz de culparla cuando podría conducir igual e incluso peor, ahí iban ambas en camino a realizar algo imposible, algo solo visto en tantas películas a lo largo de toda su existencia, ambas dando vueltas alrededor del vehículo en descontrol.

—¡No tengo idea de lo que estoy haaciendo! — grito Katie con ambas manos sobre el volante, con horror, aunque (t/n) solo se detuvo a sonreír en todo eso mientras se sostenía, si bien la situación podría ser mucho peor, no desconfiaba de Katie que estaba intentándolo, era un fuerzo enorme. — Más vale cuidarte Pal, porque en mi vida he roto seis teléfonos por accidente, pero a ti voy a romperte a propósito.

—¿¡Cómo que nadie las está deteniendo!?

Bramo Pal hecha una furia al observar a las dos chicas en camino en desastre con risas ahora resonando en el vehículo. Porque la batalla aún no se terminaba, porque nunca se rendirían, eran jóvenes con la voluntad de salvar a la humanidad, todo pendía de un hilo, todo dependía de ellos.

—¡Escudo perruno activado!

El robot enviado a luchar en contra de ambas se preparaba a atacar cuando su atención se centró en la mascota acomodada delante del vehículo, observando a directamente a Monchi, intentando descifrar si era un perro o un cerdo tal como los otros robots que viajaron con ellos, lanzando chispas, el mismo efecto que ahora tenía todo un éxito en su escudo protector para chocar contra el robot que dio vueltas en el aire antes de caer finalmente.

Las dos riendo en conjunto al ver que nadie las detenía en lo absoluto, chocando sus puños al reírse con libertad.

—¡Esto es alucinante! — exclamo (t/n), aunque su alegría se vería apagada cuando una pila de vehículos se vio entrometida en el camino de ambas, aunque también su cerebro rememoro un momento especifico en la familia. — ¡Katie, tienes que hacer la Rick Mitchell especial!

Una sonrisa enorme estallo en el rostro de Katie al recordatorio otorgado ante (t/n), agradecida del recordatorio y que incluso (t/n) pudiera pensar en ello en tales momentos cuando otras personas no lo harían y lo considerarían una locura que jamás querrían volver a repetir, pero (t/n) no era como ellos, no estaba gritando, solo estaba riendo con emoción cuando esquivaron todos los obstáculos.

Los robots sufriendo un desperfecto en sus programaciones mientras las chicas sonreían abiertamente.

—Gracias papá — sonrió Katie con orgullo ante los consejos otorgados por su padre en el pasado.

—Se anticipa todas nuestras maniobras, ¿Cómo es posible?

Curiosos en observar las maniobras de la chica al volante celebrando con orgullo de las ideas saliendo en orden a lo esperado. Todos desconociendo como desde las alturas se hallaba Aaron Mitchell con sus binoculares prediciendo todo y en qué calle debían doblar las chicas, guiándolas con cuidado.

Todo parecía ir de maravilla.

—Uy, no sé, ustedes díganme... — dijo, imitando un sonido de dinosaurio al orgullo de poder ayudar completamente, porque era ojos de Pterodáctilo. — ¡A la derecha, ahora!

—Gracias raptor uno.

—De nada raptor dos — agradeció Aaron.

Triunfantes iban hacia adelante en medio de todo el desorden subiendo esperanzadas con miradas intercambiadas. Estaban en camino a salvar a toda la humanidad, intentándolo, al lado de la otra con emociones fuera de la bolsa, sin importar que... estaban juntas, y eso importaba. 

On My Way {Katie Mitchell & Lectora} La familia Mitchell - FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora