Historia corta de harry potter

Doble identidad

Percy se encontraba verdaderamente feliz esta mañana, por fin dos de sus amigos más importantes habían descubierto su otro lado y no lo habían mirado mal, como a un bicho raro. No tenía esa sensación que tenía los días que se quedaba en casa de sus parientes, como si el tan solo hecho de respirar su mismo aire fuera un hecho atroz. Aun recordaba la cara de sorpresa de su tía cuando se presentaron por primera vez en su puerta y vio a su difunta hermana junto con un niño, su sobrino. Creía que Vernon no podía alcanzar más tonos de rojo. Todavía no sabía por qué habían aceptado que estuviera unos días allí antes del curso cada año. Ninguno estaba cómodo con la situación y ninguno hacía comentario de ello.
P

ercy se encontraba bajo las mantas de su cama disfrutando del calor que le transmitían, ayer habían borrado la memoria de todos sus compañeros, bueno de todos menos la de sus dos amigos. Percy suspiró cansado y giró en su cama para ponerse de costado, de todas formas solo habían retrasado un poco lo inevitable. Su madre debía revelar que estaba viva antes o después, realmente ambos esperaban que algo les obligara a contar el secreto. El año pasado, cuando Percy aún no sabía que era un semidiós ya habían asimilado la idea que sería el último año que pasaría en el anonimato. Seguirían a Percy y preguntarían por el cambio de nombre, atosigarían a su madre con entrevistas y preguntarían como había sido capaz de esconder a un niño pequeño y a si misma tanto tiempo sin que la comunidad mágica lo descubriera. Se habían imaginado muchas veces esa situación y ninguno de los dos esperaba con ansias la gran revelación. Sally no había querido que Percy creciera en un mundo donde le preguntarían hasta lo que había desayunado esa mañana.
Percy se levantó de la cama y se estremeció cuando una brisa de aire frio lo envolvió. Todos sus compañeros seguían durmiendo. Podía oír las respiraciones tranquilas de todos. Se vistió y bajo a la sala común, allí encontró a Hermione, seguramente esperando a que bajaran.
-Hola, que extraño tu leyendo-Hermione dirigió su mirada hacia él y lo miró mal-Eh que era solo una broma.
Hermione volvió a dirigir su mirada al fuego como la noche anterior. Percy se sorprendió al ver sus ojos. Tenía la mirada triste. Eso no era lo que le sorprendió, posiblemente era su culpa por recordarle a su madre. Lo que le sorprendió en su mirada fue la similitud a la que tantas veces había visto este verano en la cara de Annabeth. Esa mirada que tenía cuando recordaba a Thalia y pensaba que nadie la estaba observando. Pero pronto cambio su gesto a uno más feliz. ¿Sería una coincidencia?
-¿Dónde está Ron?-preguntó mirándolo más alegre-No soléis bajar separados.
-Sigue durmiendo, yo no he podido dormir mucho y no podía esperar más tumbado en la cama. Ya sabes el THDA no me permite estar mucho tiempo quieto.
-Harry, quiero decir Percy. ¿Puedo hacerte una pregunta?
-Lo acabas de hacer-dijo sonriendo cuando ella puso los ojos.
-Ya me has entendido- él asintió-Bueno veras quería saber, bueno…
-Hermione, ¿por qué estás nerviosa?
-Bueno es que no sé cómo decírtelo, verás, ayer nos dijiste como paso todo pero ¿cómo descubriste que Poseidón era tu padre?
-Bueno cuando llegas al campamento mestizo, acabas en la cabaña de Hermes, por eso de que es el dios de los viajeros y eso. Y luego tú padre o madre divino te tiene que reconocer. Yo estuve un tiempo sabiendo que era un semidiós pero no sabía quién era mi padre, llegue a pensar que no me quería. Ahora sé que solo quería protegerme de mis tíos por el pacto que habían hecho de no tener más hijos, sobre todo lo que le paso a mi prima, Thalia hija de Zeus. No siempre pasa, en la cabaña de Hermes hay muchos no reconocidos. Luke, el chico que robo el rayo, se unió a Cronos por ellos o por lo menos eso es lo que dice-Percy entristeció al recordar la traición del que creía su amigo.
-Lo siento no debía haber preguntado-dijo arrepentida.
-No pasa nada Hermione, tenía que contárselo a alguien. Muchas veces es mejor decir las cosas a alguien en quien confías. Solo espero que sepas que si algo te sucede en algún momento tú llegues a confiar tanto en mí como para contármelo-se levantó y fue en dirección a los dormitorios.- Yo tengo ganas de desayunar, voy a despertar a Ron.
Subió por las escaleras en dirección a su dormitorio y antes de desaparecer por la puerta dirigió una vez más sus ojos hacia su amiga. Ella volvía a tener la vista fija en el fuego como si pensara en lo que acababa de decir Percy o como si esperara que la respuesta que tanto ansiaba saltara en forma de llama. Percy no sabía cuál era la preocupación de Hermione, pero si sabía que no era algo que pudiera encontrar en los libros que tanto amaba. Solo esperaba que en algún momento próximo ella le contara sus preocupaciones.
Arriba Ron todavía no se había despertado cuando Percy subió. Convocó un poco de agua que acabo empapando a Ron y despertándolo.
-¡Ah!-chillo cayéndose de la cama.- ¿Se puede saber qué haces?
-Hermione y yo queremos desayunar Bella Durmiente- dijo sacándole la lengua.
-Ya voy, no me podías despertar de una manera más normal, menudo susto me ha dado-le oyó Percy mientras se alejaba-, hijo de Poseidón tenía que ser-murmuro por lo bajo.
-Te esperamos abajo- dijo esquivando una almohada.
Caminando por el pasillo camino del comedor, se encontraron con la hermana de Ron. Llevaba un cuaderno en la mano que escondió en su mochila cuando los vio acercarse. Percy se fijó en que parecía estar muy sola últimamente. Así que decidió, que tal vez, podían hacerla un poco de compañía.
-Ginny, ¿qué haces aquí sola?, ¿por qué no nos acompañas al Gran Comedor?
Ella pareció muy sorprendida por la pregunta y se puso roja, tan roja que su cara no tenía nada que envidiar a su pelo.
-N-No hace fa-falta, estoy esp-esperando a a unos amigos- dijo tartamudeando y acto seguido salió corriendo. Percy no entendía que había pasado.
-Pero que le pasaba, ¿no quería venir con nosotros?-Hermione le miraba como si no se creyera lo que decía- ¿qué?
-Nada Percy, solo que eres un poco lento ¿no?-dijo riéndose, Percy miró a Ron a ver si entendía algo. Pero él estaba mirando a Hermione como si estuviera loca.
Hermione abrió la puerta para entrar, y vio que todavía no había mucha gente en el comedor. No mucha gente se despertaba pronto. Había unos cuantos Ravenclaw leyendo sus libros de texto, algunos Gryffindors escuchaban embelesados a los gemelos Weasley, en Huffelpuff charlaban y en Slytherin; Parkinson intentaba colgarse del brazo de Malfoy que no parecía muy feliz con ello.
-Entonces Percy, ¿qué va a pasar con tu madre?-pregunto Hermione en un susurro.
-No sé, luego contactare con ella a ver que ha pensado. Conociéndola se ha quedado toda la noche dándole vueltas a la mejor solución.
Sus dos amigos le miraban preocupados, ambos sabían que era un tema difícil para él. Ni como Percy ni como Harry anhelaba atención y el hecho de que su madre este viva, que haya crecido con ella y toda su vida en general se iban a convertir otra vez portada del Profeta. La gente había empezado a entrar al comedor y cada vez se oía más el ruido de las conversaciones que tenían entre ellos.
La puerta se abrió de golpe, lo que provocó que todo el mundo viera a Ginny Weasley todavía más roja que cuando se la había cruzado antes de entrar. Percy esperó que viniera acompañada de los amigos que había estado esperando, pero no había nadie acompañándola. Ginny bajo la cabeza ante toda la atención que estaba recibiendo y corrió a sentarse en un extremo de la mesa de Gryffindor, haciendo caso omiso de las señales de Percy para que se sentara con ellos. Percy se decepciono pensando que no quería sentarse con él y pensó en si había hecho algo que la hubiera molestado.
-Todavía no te has dado cuenta- no era una pregunta, era obvio Hermione le estaba mirando como si fuera la persona más lenta del mundo-. Harry-dijo por toda la gente que se encontraba a su alrededor- ella ha crecido en un mundo en el que los cuentos eran sobre un bebe, que la salvo de crecer en medio de una guerra. Y ahora ese bebe, ese héroe que la salvo la pide que desayune con él y sus amigos. Te tiene en un pedestal y no se puede creer que tú le estés alargando la mano para ayudarla a subir a tu lado en ese pedestal.
-Pero yo tan solo quiero ser su amigo, no me gusta cuando la gente está sola- miró a la esquina solitaria donde estaba sentada la hermana pequeña de Ron- y no parece tener muchos amigos.
-Harry si en algo conozco a mi hermana es en que siempre ha tenido un enamoramiento infantil por ti, pero es solo eso.
-Estoy de acuerdo con Ron. Un día se dará cuenta que solo quieres ser su amigo y que no piensas que tenga que subir al pedestal ese, porque no crees que exista, solo intenta ser amable y que no crea que quieres algo más-Percy se empezó a reír-¿Qué sucede?
-Nada, es que con tanto consejo de amor, me has recordado a las hijas de Afrodita, pero serias la hija de Afrodita más extraña-Hermione le miró apenada pensando que creía que era fea- no te lo tomes a malas, no es porque crea que seas fea es porque tienes la nariz todo el día metido en los libros y no en el maquillaje y eres de a primeras en saltar a una batalla-dijo mientras volvía a reírse- si te soy sincero me recuerdas más a Annabeth.
-¿Quién es esa chica?, es la segunda vez que la mencionas- Percy la miró dándose cuenta que la había vuelto a relacionar con la listilla.
-Bueno ya dije que era una hija de Atenea, es muy inteligente. Al principio no le caía muy bien, por nuestros padres-Hermione le miró comprendiendo pero Ron tenía una cara desconcertada-Atenea y Poseidón no se llevan bien- dijo a modo de explicación-al final vino a la búsqueda con Grover y conmigo y nos hicimos amigos. La verdad es que como tu Hermione piensa que soy muy lento y que tengo la cabeza llena de algas. Empezó a llamarme sesos de alga y yo listilla a ella en una pelea y nos quedamos con los apodos. La verdad si en ella hubiera muerto más de una vez.
-¿CÓMO?-chilló Hermione, al darse cuenta que la gente se había vuelto a mirarla bajó la voz-morir, eso no nos lo habías contado, ya sé que dijiste que la vida de un semidiós no era muy larga pero no sabía que era tan difícil. Creo que tienes muchas cosas que contarnos.
Percy recordó todas las cosas que Annabeth sabía y que había conseguido que Percy mantuviera sus miembros juntos o que no fuera la nueva estatua decorativa para el jardín de Medusa. Asintió hacia Hermione que esperaba una respuesta y empezó a pensar la mejor de manera contarles la historia para que no tuvieran un colapso.
En ese momento Dumbledore decidió acercarse al trio de oro, se le notaba cansado. Ahora que se fijaba bien casi todos los profesores tenían aspecto de haber pasado una noche ajetreada, probablemente habían pasado la mayoría de la noche pensando en una solución con su madre. Eso solo le dio más ganas de hablar con ella para saber si había descansado algo esa noche. Desde que casi la había perdido este verano estaba más preocupado que nunca por su madre.
-Sr. Potter quiero me acompañe a mi despacho antes de las clases para tratar un tema de suma importancia, ya he informado a los profesores de sus clases de la mañana que igual se alarga nuestra conversación. Percy asintió.
-Luego os cuento el resto de la historia-y se levantó siguiendo al director bajo los atentos ojos de sus amigos y de unos grises que le siguieron con atención hasta que desaparecido de la vista de todos los presentes en el comedor.
En el despacho de Dumbledore se encontraban esperándoles la profesora Mcgonagall, el profesor Snape y su madre. Ambos de sus profesores estaban serios, pero su madre tenía esa sonrisa que siempre le tranquilizaba tanto cuando era un niño y seguía teniendo el mismo efecto.
-Tú madre tiene cosas importantes que decirte. Juntos hemos pensado la mejor solución y creemos que lo mejor es que te lo cuente ella. Así que hemos ido a buscarla.
-Percy, como ya te han dicho hemos estado pensando una manera para contar el secreto sin que tenga mucha repercusión. Tenemos varias ideas, pero no solo me afecta a mí. Sé que tú no deseas esto más que yo y sé que es difícil para ti teniendo en cuenta todas la revelaciones que has tenido en tan poco tiempo, pero la última palabra la tienes tú- Percy sintió un peso sobre los hombros- sé que es mucha presión así que aceptare si quieres tomarte tu tiempo, lo entenderemos. Habíamos pensado que lo mejor era ir al ministerio de magia esta semana, contarles la verdad y evitar decir donde residimos, para que no nos sigan los periodistas.
-Ne-necesito un momento.
-Claro cariño, saldremos y te dejaremos pensar.
Cuando salieron, Percy se dejó caer en una de las sillas y suspiró. No sabía que decisión tomar si posponían la revelación solo le costaría más tomar la decisión y si lo hacían ahora perdería la poca libertad que tenia de los murmullos incesantes de la gente. No se veía capaz de tomar la decisión, pero y si la próxima vez ponía a alguien peligro. Tras un largo rato pensando decidió que necesitaba consejo, pero sus amigos no estaban aquí, estaban en clase y no podía interrumpir con un mensaje iris sería como decidir confesar y de una manera que todo saldría mal. A Grover, no, probablemente le pediría una manzana. Annabeth, miró el reloj, eran las nueve, así que allí era las dos de la mañana, solo esperaba que todavía no se hubiera dormido.
-Oh Iris, diosa del arcoíris, por favor acepta mi ofrenda. Annabeth Chase, California- la imagen se empezó a formar y para su suerte, no parecía que estuviera durmiendo.- Annabeth.
-Percy- dijo sorprendida-, ¿no estabas en Hogwarts?, sabes la hora que es, menos mal que mañana no tengo clases o me habría pillado durmiendo- pero se calló al ver el semblante serio de su amigo.
Había decidido contarle la vedad a Annabeth y Grover una noche durante la búsqueda y los dos le apoyaron y le dijeron que estarían allí para apoyarle. También pensaban que su madre había sido muy valiente haciendo todo lo que hizo.
-Necesito tu ayuda-dijo serio. Annabeth asintió y espero a que él le contara todo lo que había sucedido.
A/N: ¿os ha gustado? POR FAVOR COMENTAR.

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