El hijo de la luna y la magia

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Prólogo

En este mundo hay seres dotados de poderes que sobrepasan la imaginación del más fértil de los autores.  Seres invisibles para cualquiera que haya perdido el alma de su hijo: las Leyendas.

Desde los más famosos hasta los más olvidados, las leyendas del mundo existen mientras sus nombres estén en los labios.  Cuanto más famosa es una leyenda, más poderosa es su encarnación.  Y entre todas estas leyendas hay un puñado de personas a las que se les ha encomendado la misión más importante: proteger y asombrar a todos los niños del mundo.  Se llaman los Guardianes.  Son las leyendas más famosas: el hombre de arena, el hada de los dientes, el conejito de Pascua y Santa Claus.  Toda su existencia está dedicada a llevar sueños, alegría, esperanza y asombro a los niños de todo el mundo.

Pero lo que muchos no saben es que hubo un quinto Guardián elegido muchos siglos después del nombramiento de los cuatro primeros.  Un espíritu cuyo nombre se había perdido hacía mucho tiempo y que había vivido en la más completa soledad durante trescientos años.  El espíritu del invierno y la diversión de Jack Frost.

Él mismo ignoraba su condición de guardián hasta que los otros cuatro vinieron a recogerlo para luchar contra Blackness, el hombre de las siete en punto, también llamado hombre del saco junto a ellos.  Había luchado, pero había llegado a aceptar su condición de tutor.  Lo único que esperaba era que después de su victoria pudiera recuperar su libertad.  Soñaba con volver a ver a su amigo en el viento invernal y volver a su vida de trotamundos.  Pero lo que no sabía era que Fate tenía otros planes para él.

Historia corta de harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora