#10 vas a caer Dumbledore

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ρσν ησямαℓ.

Lucin: ¿como te acordaste de algo tan insignificante como ésto, Severus?

Severus: no es algo insignificante, después de todo, tú y yo tenemos los mismos gustos.

El menor en la habitación miró a quién lo llevó en el vientre por ocho meses con un brillo de curiosidad en sus ojos.

Harry: papá, ¿a ti te gustan los chocolates blancos en envoltorio amarillo?.

Severus: jajaja, no exactamente Harry, pero con tu embarazo, no sólo quería, deseaba, no, necesitaba, comer dulces, en especial el chocolate blanco relleno de fresa con envoltorio color pastel.

Harry: uh... Con razón me gusta tanto el chocolate blanco relleno de fresa.

Lucin: jajaja.

Severus: bueno, Luci, Harry y tú se verán después el ahora tiene que ir al salón de clases.

Harry: ¿en serio debo que llegar antes que los demás?

Dijo haciendo un adorable puchero, pues realmente el quería pasar un rato más con su tía y su papi (como mentalmente lo llamaba y pocas veces le decía en realidad).

Severus: sabes cómo son las cosas Harry.

Harry hizo como si fuera a llorar, pero con Snape no funcionó.

Harry: sí, sí, adiós Papi!.

Dijo dándole un suave beso en la mejilla a su papá para luegó salir de la enfermería.

Severus: adiós cachorro...

Dijo el Pocionista mirando con profundo amor el lugar por donde Harry se había marchado, realmente ama a su pequeño y recordar que no había estado para el la mayoría de su juventud le dolía, el siempre quiso estar ahí para aconsejarle con su primer amor, para cuando necesite una respuesta a sus dudas, el quería estar ahí cuando su cachorro nesecitará un buen dulce y un abrazo después de un mal día, el quería ser su apoyo emocional y su mejor amigo, quería ser una buena madre para su pequeño... Pero Albus Dumbledore arruinó todo aquello y solo pensar en éso lo hizo enfadar, quería la cabeza de Albus Dumbledore en bandeja de oró y diamante.

Por otro lado, una mata de cabellos azabache caminaba por los pasillos de Hogwarts hacia el aula de pociones, con todas las miradas sobre el, la mayoría no podía negar que el verde le favorecía en todo su esplendor, digo la mayoría por qué algunos Gryffindor se negaban a ver lo hermoso que se veía el uniforme Slytherin en combinación con sus ojos color esmeralda, todo en el llamaba la atención en dónde sea que pasé, no por ser el niño- que-vivió, bueno no sólo por éso, si no por su porte fuerte y decidido, ya no quedaba rastro de aquel jóven tímido y impulsivo.

Todo rastro de timidez, torpeza y impulsividad desapareció durante estás vacaciones, sus padres le enseñaron cómo debía comportarse un sangre pura digno del trono de Inglaterra, le enseñaron sobre pociones, historia de la magia, transformaciones y etiqueta, quedaron sorprendidos con lo rápido que su primogénito aprendía, y les pareció maravilloso la forma en qué se adaptaba a los diferentes tipos de magia, cómo la elemental, la oscura, la blanca etc. También podía de una extraña forma comunicarse con las criaturas y animales mágicos y comunes en el mundo muggle.

El poseía una cantidad sumamente ridícula de dinero ( le daba para comprarse Latinoamérica y le sobraba por mucho al maldito >:"V) y podía subir al poder político muy fácilmente, el quería tener el poder suficiente para destruir a Dumbledore desde dentro y realmente quería reírse sobre su tumba.

Volviendo a la realidad, mientras Harry caminaba robándose todas las miradas de los estudiantes mientras pasaba, cuando alfin llegó al Salón de pociones vió a Draco y Dania y se acercó a ellos con entusiasmo, Dania al verlo corrió hacía el y lo abrazó con fuerza.

Un Basilisco De Escamas BlancasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora