|| 𝙾𝚔𝚞𝚙𝚊 : 𝐓𝐫𝐮𝐞𝐰𝐨𝐬 ||

→ [TRECE] ←

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—Mateo, yo pienso que deberías de reconsiderar un poco mejor las cosas y pensar con la cabeza más fría. — era lo que Valentín le decía al morocho a través de una llamada, la cual terminó siendo realizada cuando Palacios se fue a encerrar a su habitación, después de haber discutido con Pedro. —Tu viejo solo quiere lo mejor para vos. — comenta, pero el menor parece tener una posición diferente al respecto.

—Es que vos no entendés nada Valentín. — el rizado se queja de inmediato. —Mi viejo siempre me ha dejado de lado y ha dejado que Juliana me lastime sin parar. — argumenta, al mismo tiempo que tomaba una almohada y la abrazaba. —Así que él no me entiende, y tampoco me entendés vos. — argumenta ya con un malhumor encima.

—Mateo, créeme que trato de entenderte, pero tu comportamiento está dejando mucho que desear. — el rubio replica lo antes dicho. —Pedro tiene razón al decirte que Manuel es una mala persona y que lo único que busca es lastimarte. — indica de inmediato. —O que solo te esté manipulando para poder llevarte a la cama y después dejarte tirado. — agrega, siendo sus palabras más que disgustantes para el otro, quien no tarda en decir algo.

—¿Y en qué te afecta eso a vos? — Mateo consulta, habiendo perdido todo su sentido común. —Después de todo al que se van a coger como si no hubiera un mañana y que van a dejar en la calle como una basura es a mi. — dice, ya no pensando en las posibles consecuencias que podría tener si se daba una situación como esa.

—Pero no debe de ser así Mateo, vos vales más que eso y en verdad te mereces a alguien que si te ame y valore. — Oliva retruca, ya sintiéndose demasiado desesperado por el comportamiento del otro. —Vos sos más que una basura o un simple juguete para que alguien se satisfaga como un animal en celo. — el mayor trata de hacerlo reaccionar de una buena vez, pero el contrario no parece cambiar de posición.

—Es mi vida Valentín, y si los demás pueden joderla a su antojo, entonces también puedo hacerlo yo por mi propia voluntad. — Palacios habla, estando a nada de mandar a la mierda su amistad con el rubio. —Ahora entiendo, porque a Manuel no le gustaba que estuviera con vos o con los demás tanto tiempo. — murmura, pero Valentín es capaz de oírlo perfectamente.

—¿Disculpa? — el rubio consulta asombrado e irritado a la misma vez. —¿Cómo que a Manuel no le gustaba que te juntaras con nosotros? ¿Es acaso tú dueño para que te diga con quién debes o con quién no estar? — pregunta más que irritado, ahora entendiendo el porqué Palacios ya no se juntaba tan seguido con ellos. —Mateo, vos no tenes porque soportar tanta mierda de parte de nadie y siempre te reitere que las puertas de mi casa están abiertas para vos. — le recuerda.

—Lo que Manuel me decía no es de tu incumbencia Valentín. — el menor indica, llevando la conversación a un lugar sin sentido alguno, porque todo había cambiado desde que empezaron hablar. —Además que él me ama y sabe porqué hace las cosas. — agrega, a lo que el rubio suelta una fuerte carcajada que hace que Mateo se sienta más que confundido.

—Creo que estás a nada de perder la cabeza. — el mayor retruca dejando de reírse. —Porque vos mismo me dijiste que Manuel era un hijo de puta con vos, que no te respetaba y siempre quería estar encima de vos todo el tiempo. — le hace ver de inmediato. —Así que es más que evidente que Manuel no te ama en lo más mínimo y que solo te está utilizando Mateo. — explica. —Así que entiende eso aunque te duela, Manuel no es una buena persona, y tampoco puede ser una buena pareja. — argumento, causando que el contrario se quedará callado por un largo tiempo, lo que terminó aprovechando para seguir hablando. —Mateo... Se que nada en tu vida puede ser fácil, porque quien se dice ser tu madre te trata como la peor escoria del mundo. Y Pedro nunca fue el padre responsable, que siempre te cuidaba en cualquier momento y que no iba a permitir que nadie te lastimara jamás. — dice, con suavidad, sin aún recibir alguna respuesta de parte del otro. —Por lo que intenta cambiar todo esto, porque vos te mereces algo mucho mejor que repetir toda la mierda que él haya vivido. — habla, escuchando por fin como Mateo suelta un fuerte sollozo. —¿Mateo? — consulta un poco preocupado. —¿Qué te pasa? — inquiere, pero la llamada se termina cortando.