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—No, no y no. — Mauro se quejó con insistencia. —Yo no quiero ir a la casa de esa bruja. — sentenció mientras se cruzaba de brazos.

—¡Mauro! — Paulo chillo escandalizado al escuchar la manera en la que se había referido a la madre de Mateo. —No podes llamar a esa señora así, es una falta de respeto a tus mayores. — le corrigió, como el niño educado que era.

—Pero Paulo, ¿acaso no ves que es una bruja? — Monzón preguntó incrédulo. —Porque no es normal que una mamá trate así a su propio hijo y que lo llame bastardo. — argumento, con mucha lógica a su parecer.

—Todos estamos de acuerdo que da miedo. — Valentín se entrometió. —Pero no les parecería un buen gesto, traer a Mateo para que juegue con nosotros un rato y después lo vamos a dejar a su casa. — indicó con entusiasmo. —Se ve que no se divierte mucho en su casa y que se la pasa mal. — agregó. —Así que, ¿por qué no vamos por él? — preguntó, observando a cada uno de sus acompañantes.

Londra y Monzón le desviaron la mirada rápidamente, en cambio en Spallatti parecía estar de lo más tranquilo.

—Si tanto insistís en traerlo, te acompaño a buscar su casa. — Matías se ofreció a acompañar al ojiazul. —Yo también me di cuenta de que no se la pasa muy bien. Con la madre que tiene, me imagino que solo se la pasa retandolo. — dijo un tanto pensativo.

—Entonces ya volvemos, no creo que sea tan difícil encontrar la casa de un temible ogro. — el ojiazul comentó con diversión, a lo que Paulo lo retó para que no volviera a decirle de esa manera a la madre del rizado.

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Mientras tanto, en la habitación de un pequeño rizado, este se encontraba jugando de manera animada, sin hacer ruido para que su madre no fuera a su pieza, lo regañara para que se callara y que dejara de joderle la vida.

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Mateo después de haber almorzado solo en la cocina, subió rápidamente a su pieza para poder jugar, aunque hubiera preferido ver algunas caricaturas, pero su madre parecía estar de mal humor y no lo dejaría encender la televisión.

|| 𝙾𝚔𝚞𝚙𝚊 : 𝐓𝐫𝐮𝐞𝐰𝐨𝐬 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora