Un colegio prestigioso donde el poder es el principal requisito para formar parte de su comunidad, enfrenta dificultades manteniendo su reputación a causa de un problemático adolescente. ¿Qué pasa si uno de sus estudiantes tiene como fin traspasar l...
Las edades de los demás personajes se dirán en el desenlace del capítulo.
La canción la encontrarás en multimedia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El día era soleado, sin embargo, los rayos no eran hostiles como para llegar a calar la piel. Era cálido, pero fue compensado con una delicioso viento cencio, un clima perfecto para que los estudiantes disfrutasen de su clase de deportes.
— Ya van tres faltas, va tiro libre para el equipo contrario —dijo Machi, quien había sido elegida árbitro para hacerse cargo del juego de básquetbol mientras la maestra iba por materiales.
— ¡No lo toque! Sólo fue al balón —se quejó el castaño acercándose a la de hebras rosáceas.
— No, no es cierto. Vi cuando tu mano impactó en el brazo de Chrollo, ahora cállate y acepta que la cagaste —respondió pasándole el balón al pelinegro.
— ¿Tú qué mierda vas a saber de deportes? Por algo no estás dentro de la cancha.
— Oh, lo siento. ¿Herí tu ego? Estás dando pena ajena, sólo cierra la maldita boca y deja que el partido siga. Y si estoy fuera de la cancha es porque soy la que mejor conoce las reglas —le fulminó por última vez con su azul mirada y volvió su vista a Chrollo—. ¿Listo? —al recibir un asentimiento por el otro sonrió e hizo sonar el silbato dando señal que podía comenzar a encestar.
— Esa idiota sólo no está jugando porque con un simple balonazo estaría chillando —se escuchó.
— ¿Qué dijiste, imbécil? —preguntó Hisoka con Feitan a su lado, acercándose de forma amenazante al que unos segundos atrás insultó a su amiga.
— No, déjalo —detuvo al peliazul poniendo una mano en su pecho—. ¿Por qué lo dices? Lo dices porque soy una chica, ¿no? Dejemos unas cosas en claro, ser mujer no es un sinónimo de ser débil y la única persona que va a terminar "chillando" aquí eres tú —dijo antes de dar un puñetazo en el rostro del molesto chico, dejándolo inconsciente al instante—. Bien, prosigamos —comenzó a arrastrar el cuerpo para despejar la cancha.
La clase transcurrió con normalidad después del revoltoso incidente, la partida había sido competitiva pero sin problemas de por medio.
— ¡A las duchas! Corran para que lleguen puntuales a su siguiente clase, luego no quiero regaños porque llegaron tarde, siempre me culpan a mí —gritó la profesora aplaudiendo para llamar la atención de los adolescentes, quienes se encontraban sudando por la aceleración de sus pulsos e hidratándose buscando calmar sus respiraciones agitadas.
