Un colegio prestigioso donde el poder es el principal requisito para formar parte de su comunidad, enfrenta dificultades manteniendo su reputación a causa de un problemático adolescente. ¿Qué pasa si uno de sus estudiantes tiene como fin traspasar l...
Las edades de los demás personajes se dirán en el desenlace del capítulo.
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— Fecha de muerte: Septiembre dieciséis. Se estima que murió aproximadamente hace cuarenta y ocho horas.
Cuando un conserje reportó el cuerpo de un estudiante los cuatro líderes tomaron manos en el asunto, contrataron forenses y detectives privados para evitar que la prensa tuviera conocimiento de esto, lo que menos querían ahora era un escándalo que rodeara el colegio. O al menos hasta que no tuvieran al presunto culpable en sus manos. El aula donde se había cometido la escena del crimen estaba clausurada, negando el paso incluso a todo el pasillo donde se ubicaba esta, no querían que por un descuido algún estudiante acabara revelando información trayendo consigo una muchedumbre de reporteros.
— ¿Hay alguna pista que nos pueda ayudar? —preguntó el líder cuatro.
Los líderes eran casi imposibles de ver, pero este caso ameritaba la presencia de al menos uno de ellos. Un asesinato podía ser coincidencia, pero dos era algo preocupante.
— Sí, de hecho tenemos algo. El estudiante no murió por la cortada en su garganta, la abertura no fue lo suficientemente profunda como para causar que falleciera. Fue uno de los factores que contribuyó a su muerte, claro, pero lo que más destaca es el veneno que está en su cuerpo.
— ¿Veneno? ¿Fue envenenado?
— Lo más probable es que el arma homicida haya sido bañada con alguna toxina, ya tomamos algunas muestras de su sangre para determinar con qué sustancia estamos tratando. Uno de nuestros colegas cuenta con la habilidad necesaria, los venenos es su especialidad, llegará en algunos minutos.
— Perfecto, supongo que eso sería más rápido que llevarlo a un laboratorio.
Los tres adolescentes se encontraban en la azotea de uno de los edificios, teniendo una vista del jardín principal, acompañados del suave aire acariciando sus rostros mientras se encontraban compartiendo la comida, habían acostumbrado a cada quien traer algo de sus casas o comprar en la cafetería, para luego, colocar todo el alimento en medio.
— Saben que me deben algo, ¿Cierto?
— Nosotros no te debemos nada.
— ¡Me dejaron con una jodida erección! Eso fue demasiado cruel de su parte, hubiera preferido alguna pelea.
