Final

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Final: 𝕮𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔 𝖈𝖔𝖗𝖆𝖟𝖔𝖓𝖊𝖘, 𝖚𝖓 𝖍𝖔𝖌𝖆𝖗

La canción la encontrarás en multimedia.

— "Tras una fuerte explosión el edificio B del prestigioso Colegio Hunter colapsó"

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— "Tras una fuerte explosión el edificio B del prestigioso Colegio Hunter colapsó".

— "Las causas del inicio del incendio son desconocidas, no se hallan culpables o explicación alguna de cómo pudo dar comienzo el fuego".

— "Uno de los edificios del Colegio Hunter se derrumbó tras un extenso incendio".

Los reporteros informaban, mientras que los bomberos cumplían su labor de extinguir las llamas que consumían la construcción y buscaban posibles heridos. Para su suerte el área se encontraba despejada por el momento de cualquier vida en peligro.

— El edificio contenía productos altamente inflamables, sin embargo, estos no pueden entrar a algún estado explosivo sin ser manipulado. Este suceso no fue accidental, fue provocado —habló uno de los profesionales encargados del fuego, dirigiéndose a la cámara frente suyo.

— ¡Encontramos un cuerpo! —se oyó.

Un cuerpo de un adolescente estaba siendo evacuado de las instalaciones. Contenía marcas de agresiones y quemaduras de segundo grado. Todas las personas comenzaban a activarse, reporteros trataban de atravesar la cinta que trazaba el límite, policías formaban una barrera humana para evitar cualquier infiltrado y los bomberos ayudaban a trasladar el cuerpo a salvo.

— No tiene vida, pero dudo que la causa de muerte haya sido la explosión, las quemaduras no son graves como para hacerlo morir.

El cadáver se encontraba reposando en el suelo, siendo analizado por expertos, revisando cualquier señal de vida y pupilas.

— ¡¿Qué mierda hacen?! ¡Déjenlo en paz! —un grito se escuchó a la lejanía, acompañados por unos pasos corriendo en dirección a la víctima—. ¡Aléjense! Mierda, mierda...

— ¡Niña! ¡No puedes estar en esta zona! —un voluptuoso hombre trató de apartar a la pelirrosa.

— ¡Soy su amiga! Yo lo conozco —informó, sentándose en el frío suelo junto al cuerpo— No, no, te dije que era una mala idea —balbuceaba entre ahogados sollozos, sus lágrimas caían en el pálido rostro lleno de cenizas, quien rápido las trataba de quitar delicadamente con sus dedos. Las yemas pasaban suavemente por cada facción, grabándose cada detalle en la memoria de sus dígitos.

— Vengo con ella —dijo Feitan, tratando de ahorrarse cualquier sermón o advertencia, sentándose a lado de Machi—. Esos hijos de perra a los cuales tanto defendía lo dejaron ahí.

— No lo merecían... ¡Él no merecía morir! —lloraba desconsoladamente, atrayendo el cuerpo a ella, abrazándolo en un fallido intento de sentir u oír nuevamente los latidos de su corazón; no hubo nada.

Reputation || HXHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora