Un colegio prestigioso donde el poder es el principal requisito para formar parte de su comunidad, enfrenta dificultades manteniendo su reputación a causa de un problemático adolescente. ¿Qué pasa si uno de sus estudiantes tiene como fin traspasar l...
Su voz hacía eco, gozando de la canción con sus auriculares puestos y caminando dando pequeños pasos de bailes divertido. Oh, cómo ansiaba que fuera mañana, le daba una inmensa curiosidad el pensar en cómo reaccionaría su prestigiosa escuela a un terrible asesinato.
El pelirrojo estaba con una actitud increíble, nadie imaginaría que la razón de su felicidad haya sido por quitarle la vida a un hombre tan sólo minutos atrás.
— ¿Chro-chan? —detuvo sus pasos para dirigir su mirada al pelinegro.
— En realidad es Chrollo —corrigió, se encontraba esperando a Illumi fuera de los sanitarios.
— Pero si ya somos amigos, ¿no? Ven, baila conmigo —le extendió su mano con elegancia, esperando ser tomada—. Vamos, no seas tímido, no haré nada malo.
— No, gracias.
Hisoka puso los ojos en blanco acercándose, para posteriormente atrapar la mano contraria y jalar de esta, atrayéndolo hacia él. Sus cuerpos ahora estaban juntos, extinguiendo los pocos metros que los separaban.
— Dejen de ser tan amargados —dijo el pelirrojo, poniendo uno de sus audífonos en el oído del de ojos grises. Ahora un audífono lo tenía Hisoka y otro Chrollo.
Ambos eran conectados por la misma rítmica melodía. Morow mientras cantaba los versos con una ronca voz seductora, colocaba la mano en las caderas del otro, empezando un ligero vaivén guiando al otro en unos suaves pasos. Se encontraban bailando, sus campos de visión ahora se limitaban a los ojos contrarios, el dorado y el gris perdidos en sí debajo de un alto techo siendo adornado por unas verdes enredaderas.
