50 poemas que delatan

Prisión

Romper las reglas es incorrecto.

El castigo puede ser doloroso, extenso o burlesco.

¿Pero que tal si no es el que merezco?

Creí que no habría peor castigo que solo ser tu amigo.

Pero ahora he caído en cuenta de que sería incluso mejor,

dejar que me cuerpo arda en el fuego.

El verte ahí adentro.

Mientras me encuentro aquí afuera.

No son solo barrotes lo que nos tiene alejados.

Deseo disculparme,

enmendar mi error.

Y grito:

"¡Realmente lo siento mi amor!"

Pero no me escuchas,

porque me encuentro encerrado,

alejado de ti...

Condenado a vivir solo,

en esta prisión.

Rogandote a gritos pelados,

que no te arranques el corazón.