Odiaba estar detrás de esos barrotes,
que me impedían ser libre,
que me encerraban sin esfuerzo
los golpeé y empujé,
deseando derribarlos,
la estructura solo tembló
como si se encontrase ronroneando.
Él se rió cuando me encontró,
mientras jugaba con las llaves
que tintineaban de diversión,
y centellaban sin iguales;
lo observé con odio
el me observó escarnio.
"No te haré daño", mintió,
igual que las otras veces
escupí en su rostro deseando que se aleje.
Él no se detuvo
y cuando intentó sacarme de allí,
corrí en la otra dirección,
prefería mil veces quedarme encerrado
que bajo su "protección".
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50 poemas que delatan
PoesíaDiversos poemas, que he escrito sin ninguna experiencia, espero que aún así puedan disfrtutarlos.