Capitulo 14

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EL HILO ROJO QUE NO SE ROMPE

Lilah

—Syna ¿segura que ya lo llamaste?— le pregunto a mi mejor amiga

Su cara de preocupación me lo dice todo, me oculta algo, y encima llama y llama y no responde. Yo intenté llamarlo pero aún no responde a mi menos que a nadie, así que recurrí a ella pero tampoco hay respuesta o quizás si.

—Nena... no se cómo decirte esto—me dice. Su cara de preocupación es terrible y me exprime el corazón que yo la metí en esto.

—Dímelo sin tapujos

—No va a venir, Lilah.

Sus palabras son golpes contundentes a mi corazón, al saber que fue un error esto, froto mi barriga y me pregunto en qué momento llegamos a esto. Tengo solo 17 años, ¿por que acepte esto?. Las lagrimas caen solas, la tormenta está terrible y encima una enfermera entro para decirme que casi es hora.

—Nena, lo siento mucho, siento tanto que tengas que pasar por esto sola, pero estamos juntas, ¿si? Ya libramos unos meses fuera, nadie sabe nada, amiga

El remordimiento me ataca de una manera terrible, me siento muy mal por lo que voy a hacer, y se que no es mi culpa es algo que simplemente pasó, una decisión que tuve que tomar sola porque me escapé de casa por meses para ver esto y ahora estoy a punto de acabarlo, de acabar con lo que sería el amor más hermoso que alguien pueda tener.

—¿Está con ella no es así?— le pregunto a mi mejor amiga.

Su cara de lastima hacia mi es lo que más me lastima, nunca creí sentir tanta rabia hacia alguien hasta que lo conocí a él, «¿como pudo?» Él juro que todo sería diferente, pero a la primera señal de decir la verdad se arrepintió, lo espere los últimos 3 meses y el no vino más, luego vino esta decisión.

De nuevo entra la enfermera con dos compañeras más avisándome que es hora, es verdad que soy menor de edad pero Almenos tiene una ventaja tener familia de renombre, debo agradecerlo a Louis, es unos años mayor que yo y es el hijo de la mejor amiga de mi madre, el me ayudo a poder estar aquí sin sospechas, escondida en lo más recóndito de Baviera.

Me despido de Syna, mientras ella me da un beso en la sien susurrando que todo saldrá bien, que ella no se ira de mi lado hasta que estemos en casa, y yo le creo.

Cuanto entro a la sala de operaciones el miedo me vence, el dolor en el alma es algo que jamás se irá, pero es lo correcto, no puedo posponerlo más. Colocan la máscara y empiezo a contar...

10...9...8...
«Seremos los mejores»
7...6...5...
«Te amo más que a nadie, eres mi incondicional»
4...3...
«Du, ich und unsere immer zusammen, Liebe»
Y luego, todo es negro.

Reaccionó cuando alguien me mueve, tengo la cara húmeda y alguien me acaba de tomar por lo hombros abrazándome, estoy casi segura de que es Syna, y me permito sollozar, porque he pasado por tanto que ya me da miedo sentir que nunca voy a poder llorar la perdida, que la impotencia jamás se irá, de nuevo siento el calor en pecho de aquel amor tan real que sentí, pero solo está así, como una sombra brillante que me recuerda lo que tuve que pasar.

⚫️⚫️⚫️

Después de una mañana tan estresante llego la hora de vestirme y esperar a que el destino me diga si hago bien o no.

Salir con Adonis es un reto, quedamos de hacerlo anoche pero luego el dijo que tenia que cancelarlo por algo sumamente importante, prometió que me recompensaría y se que lo está haciendo porque quiere saber mucho más sobre mi, Syna me dijo lo que ella le había contado pero lo demás me corresponde a mi, y aunque apenas llevemos unos meses hablando, la conexión sigue intacta como si fuéramos conocidos de siempre, pero aveces supongo que son locas ideas en mi cabeza.

No te pido amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora