DE VUELTA AL PASADO
Después de un saludo básico y hablar acerca de lo bien que se veía el club me decidí por averiguar que hacía aquí, estaba dañando mi paz, enserio que si.
—Y bien ¿que te trae por acá?
—Estoy de pasada, Alana quería pasarse un rato y conocer el lugar–dijo el moreno muy relajado, lo que me dejo sorprendida porque si venía con Alana, no era nada bueno que nos viera hablando.
¡Genial! Eso significaba acabar con mi diversión esta noche.
—Ah, muy bien–¿por que mierda tenía que ponerme tan nerviosa?–Entonces creo que me voy retirando, me esperan arriba y aún faltan unos amigos por llegar, quiero estar allí para recibirlos.
Evan solo soltó un bufido burlón.
—¿Como lo llevas, Lilah?—Sabía que el se refería a todo el caos que habíamos pasado, yo enserio había sido un grano en el culo con él, le había pedido que no se diera por vencido, hasta que yo lo hice, por mi bien.
—Lo llevo bien, Evan. Evítate los intentos de querer ser amable conmigo—dije algo molesta.
Evan siempre quería ser el bueno de todo, incluso en este caso, ahora quería saber cómo lo llevaba, pfff, estaba loco.
—Bien, te ves bien, ya veo que soy fácil de olvidar—dijo acercándose unos pasos más a mi
Retrocedí.
—Gracias, y sabes que no es fácil, pero nada que no se pueda con esfuerzo—dije seca
—Y así como soy de fácil de olvidar. ¿Mis besos también lo son?—dijo Evan, sabía por que camino iba, quería molestarme, quería provocarme y estaba logrando su objetivo.
«Tus besos son los únicos, aún cuando no estemos juntos... nos habrán besos que me llenen más que los tuyos»
Recuerdos de palabras antes dichas vinieron a mi mente, nuestro tiempo juntos cuando nos encontrábamos en su casa y yo solía decirle que sus besos no podría olvidarlos nunca, que serían como un tatuaje en mis labios, en ese momento vino a mi recuerdo Adonis y el asunto del gimnasio y vaya, que equivocada estaba.
—Evan no vayas por ahí, te lo pido por favor—dije con poca paciencia.
Evan soltó una carcajada y me tomo de la mano, llevándome por unos conductos que imaginaba eran los cuartos de plumas.
Les decían así porque eran privados para los que quisieran hacer cosas más... íntimas y así luego volver a la fiesta, claro y como nosotros siendo de la elite teníamos accesos a esos lugares sin tanto problema.
Seguimos caminando hasta que llegamos a una pequeña terraza, se veía más privada y no se veía ni un alma, solo nosotros dos. Solos.
Evan se dio la vuelta tomándome de las mejillas y hablo
—Te extraño—dijo el moreno frente a mi.
Evan estaba jugando conmigo, no podía caer en su juego.
—Extraño todo de ti—de acercó a mi—extraño los besos de media noche—beso mi cuello
»extraño tu risa cuando pasó mis manos por tu espalda desnuda—lentamente pasó las yemas de sus dedos por toda mi espina dorsal.
Mierda, me estaba poniendo los nervios de punta.
—Evan, para...—dije más para mi que para él.
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No te pido amor
Teen FictionLilah Piamonte, era una joven decepcionada de sus aventuras amorosas, la última la había dejado destrozada, pero había encontrado remedio a su corazón en Bastiaan, su actual novio. Su vida era plenamente relajada, aprendía a sobrellevar el dolor ocu...