VERDADES A LA CARA
Lilah
Dicen que no sabes cuanto has caído por alguien hasta que finalmente te ves enfrentando la realidad, el golpe contundente sobre tu pecho cuando te das cuenta que la calida bienvenida que sientes en los brazos de esa persona va más allá del dolor que pueda causarte, y es ahí donde te das cuenta de lo jodido que estás.Los labios de Evan sellan los míos y cedo cuando siento su lengua en mi boca, cuando siento la suavidad de sus manos bajando por mi cintura llegando a mis nalgas y apretujándome a él, me empuja al sillón y queda en medio de mis piernas presionando su erección sobre mi zona sensible haciéndome soltar un suave gemido, empieza a moverse sobre mi, y no pierdo el tiempo cuando bajo a desabotonar su pantalón y el mismo termina de quitárselo.
—Joder, sigues estando igual de hermosa—dice sobre mi cuello mientras da pequeños besos sobre mi.
—Hazlo ya—lo apuro
Da una pequeña risa cuando se eleva sobre su brazo y me ve fijamente mientras con su otra mano mueve mis bragas que son un hilo apenas, lo que le facilita el trabajo, con sus piernas me abre más y soy yo quien eleva más las piernas para quedar más abierta para él, pega una pequeña vista hacia mi acto y sonríe con picardía.
Su mirada vuelve a la mía y se ubica en mi entrada, no deja de verme mientras entra, y no puedo desear estar en otro lugar que donde estoy, sintiéndolo piel a piel, nuestras bocas hacen una O cuando sentimos el placer de sus movimientos y el afán me vence haciendo que lleve mis manos a sus nalgas y lo empujé dentro haciendo que se mueva más rápido.
Es ahí donde la faena enserio se siente, y nos volvemos una maraña de besos, gemidos, sudor y pasión.
—Más—le pido en medio de la desesperación por llegar a mi orgasmo—dame más.
Me besa y continúa moviéndose de la misma manera solo que ahora lleva sus labios a mis pezones mordisqueando y lamiendo necesitado de ellas
—Mis bebés—dice besándolas de nuevo—como las extraño
El que diga eso y con él tono tan lastimero pero sensual me lleva a mi liberación haciéndome estremecer y pasar mis uñas por su espalda llegando a sus nalgas para meterlo más en mi, mientras él da sus últimos golpes llegando a su orgasmo
Se queda sobre mi aún dentro mientras siento la tibieza en mi interior, de pronto los recuerdos me inundan de nuevo y las lagrimas salen de mis ojos recordando cómo nació nuestro.
Levanta la cara cuando me ve hipando con los ojos encharcados de lagrimas a mas no poder, de pronto lo entiende y se levanta, corre al tocador por un poco de papel y me abre de piernas limpiándome mientras susurra «Lo siento, lo siento tanto, Lilah" sus disculpas ya no hacen nada en mi, de nuevo regrese a mi burbuja mental donde soy tormenta en el interior pero en el exterior no se qué pasa.
Pierdo la noción del tiempo hasta que abro los ojos de nuevo y el dolor de cabeza no me deja pensar que diablos pasó, a cómo puedo me siento sobre el sofá y veo que tengo solo una vieja camisa de la ropa que había en este closet, debo admitir que me siento más cómoda, escaneo la habitación y veo un vaso de jugo de mandarina con una pastilla al lado y una nota.
Salí al supermercado cerca de casa, volveré pronto, me tome la osadía de ponerte cómoda, no quise pasarte a la cama porque no sabía si te ibas a de sentir cómoda, la pastilla es para el dolor de cabeza, se muy poco sobre tu situación pero algo he aprendido.
Regreso la nota a su lugar y me recuesto sobre el sillón, admito que si hubiera sido mala idea despertar en la cama, pero también me duele el cuello por este sofá
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No te pido amor
Teen FictionLilah Piamonte, era una joven decepcionada de sus aventuras amorosas, la última la había dejado destrozada, pero había encontrado remedio a su corazón en Bastiaan, su actual novio. Su vida era plenamente relajada, aprendía a sobrellevar el dolor ocu...