ENFRENTAMIENTOS PLACENTEROS
Dicen que las personas que se sienten insuperables es solo porque nadie ha podido derrumbar su aura. Y eso había pasado con Adonis, había ido por la vida tan impotente y respetado, acostumbrado a que todo fuera fácil para él que cuando alguien no le dio lo que quiso, su vaso llegó al límite.
—¡¿Pero tú quien mierda te crees para hablarme así, eh?!—grite furiosa y asustada ante ese hombre.
El simplemente se pasó una mano por la frente y suspiró.
Despues de unos segundos levantó su rostro viéndome con su mirada suave
—Puedes por favor explicarme ¿por qué me pediste que me alejara de ti?, realmente se que no soy confiable, recién me conociste, pero, maldita sea hay algo en ti que no me deja estar tranquilo, es como si sintiera la necesidad de tener que saber de ti, no lo sé Lilah, facilítame esto—dijo expresando en su cara algo de frustración.
Entonces decidí sólo darme la oportunidad de confiar en alguien que no fuera Syna, Adonis no era exactamente alguien confiable, pero corría el riesgo y talvez era bueno que entendiera porque no lo quería cerca, las similitudes del caso.
Suspire y hable:
—Hace un año, me enamore de alguien, su nombre es Evan Santillana, era muy pasional nuestra relación, era intensa, habían demasiadas sensaciones entre nosotros, todo era por lo oculto y pienso que eso era lo que nos hacía vernos con pasión en cualquier lugar. Pero había un problema, era el novio de mi mejor amiga de ese momento cuando ella se enteró el dijo que estaba confundido y yo traté de darle el tiempo para que se decidiera en que hacer pero las cosas no salieron nada bien y a principio de este año el acabó todo, a lo que no la he pasado muy bien, cuando Bastiaan llegó, me dio mucha paz y amor sin tener que pedirla o exigirla, es por eso que necesito que estes lejos de mi, tú haces esas malditas... –Rodee mis manos señalándolo– cosas que hacía él—dije recordándolo por unos segundos.
»T...tú eres como él, y yo no pienso hacer eso, tengo un novio que me ama, tengo una vida tranquila, no necesito alguien inestable que me dice frente a mis narices que me besa como si fuera un honor recibirlo—dije lento y con un leve de tristeza y reproche.
Adonis era atrapante, y enserio hubiera deseado conocer ese lado de él, descubrir más allá de lo que sus manos pudiera haber hecho de no haberlas sacado de mis pantalones cortos, pero yo ya no era esa Lilah rebelde, y atrevida de hacía unos meses.
Adonis no dijo nada, pero sigilosamente se acercó a mi tomando de nuevo mi nuca con mano, y presionando levemente
-Quiero probarte, Lilah, quiero esconderme en lo más recóndito de ti, no me compares con un imbecil que no supo ver lo qué hay en ti, por favor—susurro viéndome a lo ojos, intento besarme pero volteé rápidamente el rostro provocando que sus labios quedaran en mi mejilla, a lo que empezó a dar besos cortos bajando hasta mi cuello, Dios, era tan dificil parar esto, entonces pensé que si cedía talvez solo así lo sacaría de mi cabeza y entonces sin una pizca de duda lo tome de los rulos acercándolo a mis labios, lo empujé contra la pared y me puse de puntillas en un intento de pegarme a su miembro y quedar un poco a su altura él dejó salir un pequeño gruñido que provoco miles de revoluciones en mi
—Dejame probarte—me dijo entre besos, yo no sabía que estaba haciendo, en mi mente había un guerra entre saber que era lo correcto pero entonces mi mente se nublo y me deje llevar
—¡Maldita sea!, prueba todo lo que quieras pero luego vete a la mierda de mi casa—dije en sus labios.
Pude sentir una leve sonrisa saliendo de sus labios, a lo que solo bufé extasiada.
Adonis pasó sus manos por mi figura tocando suavemente uno de mis pechos y pegándome aún más a él, lentamente bajo su mano por mi abdomen haciendo una pequeña caricia llegando a mis bragas y metiendo uno de sus manos a mi parte sensible le correspondí arqueando la espalda y llevando mi cabeza hacia atrás ¡Dios, esas malditas sensaciones! , pareció gustarle mi reacción porque besaba mi cuello con besos húmedos, mientras movía sus dedos dentro de mi zona más sensible rozando sus dedos por mi puntos más sensible y yo solo podía contener el poco aire que mis pulmones tenían.
Como si fuese un reflejo, llevé mi mano hasta sus jeans inténtando abrirlos para hacer lo mismo, pero el retuvo mi mano
—No—dijo, siguiendo con su acto dejándome sin palabras que decir deje que prosiguiera, el seguía moviendo sus dedos y pude sentir como dos de sus dedos se introducían en mi y se movían con una lentitud que estaba acabando con mi cordura.
Dejándome llevar por el orgasmo que me provocaron sus dedos, no se cuanto tiempo pasó hasta que reaccione y estaba recostada en la pared con una pierna levemente levantada en su cintura con su cara enterrada entre mi cuello y buscando más aire para mis pulmones, era muy cómodo estar así y sonreí, sonreí porque había olvidado lo que era vivir y hacerme sentir sin miedo y ataduras, di un casto beso en sus labios y como si regresara a esos días, le di un empujón.
—Bien, ya sacaste lo que querías, largo—dije seria, dirigiéndome de nuevo a la mesa y ordenando de nuevo los cubiertos tratando de dejar a la perfección todo.
Adonis seguía recostado en la pared viendo lo que hacía, empezaba a molestarme que no se fuera.
—¿Que mierda sigues haciendo aqui, Adonis?—dije volteándolo a ver.
—Tengo hambre—dijo con su mirada fija aún en mi
—No me jodas, Adonis. Bastiaan está por venir, lárgate de una maldita vez de mi casa—grite furiosa, no podía creer lo molesta que ese hombre podía ponerme después de lo que había pasado.
—No me saques como aventura de una noche, nisiquiera pude follarte cómo debería —Sin poder evitarlo di una gran carcajada volteándolo a ver, había cumplido mi objetivo.
—Lárgate Adonis—dije más tranquila.
El hombre frunció el ceño como si se hubiera sorprendido, y sin más su rostro volvió a ser frío y arrogante, asintió y salió.
Por alguna razón me sentía en paz con eso. Era lo mejor.
Una hora después estaba con Bastiaan terminando de cenar.
Cuando nos dirigimos a mi habitación, sin esperarlo, Bastiaan se tiro a mi lado besándome fuerte y con ganas, algo que no me molesto nada seguír en ese juego, cuando me quise dar cuenta nos estábamos hundiendo en una burbuja de pasión y gemidos bajos, desnudos y con este voluptuoso hombre moviendo sus caderas sobre mi, me sentía extasiada y necesitaba más, siempre era así, Bastiaan impulsaba sus movimientos fuerte y rápido, como si entendiera lo que pedía, después de unas embestidas más nos dejamos caer sobre el colchón intentando recuperarnos, pero entonces mi celular sonó y la magia se vino abajo dejándome helada.
Adonis me había enviado una fotografía con Rachel, muy cercanos a decir verdad para ser amigos
Adonis: Disfruta tu cena, "cielo". :)
Por alguna razón mi estomago se sentía revuelto, ¿como hacía eso? Recién había estado conmigo, pero bueno, Bastiaan y yo hace unos minutos... ¡Al Diablo! Bastiaan era mi novio, y Adonis era un idiota, no me dejaría manipular por eso, recompuesta después de su estupido mensaje a lo que solo le había respondido con emojis riendo me dirigí a mi hombre.
—¿Segundo round?—dije coqueta.
Bastiaan me vio y sin discutir más asintió , nos dejamos llevar el uno al otro en la pasión, el amor y los gemidos .Adonis no me arruinaría esto, el no sería un nuevo Evan en mi vida.
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No te pido amor
Teen FictionLilah Piamonte, era una joven decepcionada de sus aventuras amorosas, la última la había dejado destrozada, pero había encontrado remedio a su corazón en Bastiaan, su actual novio. Su vida era plenamente relajada, aprendía a sobrellevar el dolor ocu...