Recuerdos

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Byakuya estába fascinado por lo adorable que era ahora su hijo político, apenas tenía unos días de nacido. El padre de éste había fallecido en un accidente  automovilístico junto a su esposa, gracias al cielo él único sobreviviente era el bebé.

Estába apreciando su paz de dormir tranquilamente, sus cabellos alborotados de un tono color verde y tonalidades blancas.

-Te llamaré Senku, siempre había querido tener un hijo con el cuál compartir mis pasatiempos - Acariciaba ligeramente su mejilla regordeta - Siempre estaré ahí para ti.

Como iba pasando el tiempo Senku aprendió a caminar y a hacerse un poco independiente de su padre, aunque a veces salía corriendo en busca de su padre en medio de la noche.

-Papi... -Se asomaba el pequeño Senku  a la puerta, su padre se asustó al verlo en medio de la nocbe. Lo sorpendente que  el pequeño estuviera llorando.

-Senku... Hijo... ¿Pasó algo? - Se sorprendía verlo así.

-Esta lloviendo y hay una fuerte tormenta eléctrica... ¿Puedo dormir aquí?- Tenía 4 años y aún así, necesitaba a su padre.

Byakuya se levantó apesarado y cargó al pequeño, para arroparlo junto a él. Pasó su brazo por encima de su pequeño cuerpo y trasmitirle calor y confianza; a lo cuál el pequeño quedó dormido profundamente.

Seguía pasando el tiempo Byakuya se divertía haciéndole mimos a su pequeño mocoso, a lo cuál el niño se divertía por tanto cariño que recibía de él. Éso se acabó cuando entró a la secundaria.

-¡Viejo sueltame, ya tengo 15 años! - Gritaba el albino, trataba de quitar a su padre quién lo tenía abrazado con mucho cariño.

-Vamos Senku, adorabas ésto hace años.

-Tú lo acabas de decir viejo, era un niño.

Veía como su padre se le salían cascaditas de llanto, había dado en sus sentimientos.

-Está bien, ya estás grande. Éso quiere decir que no necesitas la tarjeta de crédito para cuando me vaya.

Ahí cambiaron las cosas, Senku estaba siendo amoroso con su padre. También era por conveniencia, pero en cierta forma adoraba a ese hombre. No llevaban la misma sangre pero como dicen, “Padre es el que cría, no engendra "

Faltaban pocos días para que él se fuera al espacio, había cumplido su sueño gracias a la gran mente de su hijo.

-Senku, me prometes que te cuidarás. No quiero que me llames llorando que te asustan los rayos- En su voz se escuchaba la burla, a lo cuál su hijo adolescente le lanzó un cojín.

-Muy gracioso viejo, deberías dejar la Universidad y unirte al Stand Up.

Pero su padre lo atrapó en un abrazó.

-Te quiero Senku, eres lo mejor que me pasó. Volveré con muchos regalos para tí.

Pareciera una despedida, no le tomó mucha importancia y respondió al abrazó. No era de demostrar sus sentimientos a nadie, pero ese hombre valía mucho; Extrañaria a su padre.

-También te quiero papá- Byakuya sintió que su playera de dormir se mojaba, era una de las pocas veces en las que escuchaba llorar a Senku de grande. Le daba nostalgia.

Senku se encontraba viendo la transmisión en vivo del despegue del cohete, se sentía orgulloso de su padre había logrado su sueño, ir al espacio.

Se encontraba por tomar su bebida energética cuando derrepente vió la cegamte luz verde, su mundo se volvió oscuro por unos minutos, pero reaccionó de inmediato y empezó a contar para no perderse en la locura.

Empezaba a recordar todo lo que había vivido con su padre, a pesar de todo era su fortaleza y además tenía la gran esperanza de volverlo a ver.

-Byakuya.

-Lo siento Lilian, estoy empezando a escribir las 100 historias- Vió como ella empezó a toser- ¡Lilian!

Cargó a la que ahora era su esposa, estába demasiado débil. A pesar de los bruscos cambios de temperatura, en esta nueva era nadie estaba libre de enfermarse de neumonía.

Sin más la rubia murió en brazos de su amado y frente a los niños. Byakuya siguió trabajando junto a su hijo y sobrinos, seguían recolectando materiales para cuando Senku saliera de su prisión de piedra.

No supo en que momento pero, se desplomó en el río. Escuchando a lo lejos como era llamado por los demás, ya estába en sus últimos minutos de vida, pero hubo algo que vió claramente.

“Siempre estaré para ti y te protegere de todo Senku, te amo”

Vió ese recuerdo de él cargando a su hijo recién nacido, dormido entre sus brazos y dió su último suspiro antes de dormir en el río.

“Se que salvaras a la humanidad, confío en ti Senku "
























Senku despertó de golpe, respiraba con mucha dificultad. No sabía que había pasado pero había visto su vida, en un cortó tiempo.

-Senku... ¿Estas bien?

-Si, vuelve a dormir Leona.

Se puso su pantalón y tomó un suéter, la rubia cubría su pecho. Sabía que esto no le daba buena espina.

Senku caminaba al cementerio donde estaban los fundadores de la ahora cuidad Ishigami, ahí estaba la lápida de su padre. La cuál el había hecho después de remplazar la otra.

-No se que mierdas fue eso Byakuya pero... - Hizo una ligera pausa- Pude ver exactamente que pasó el tiempo que recolectastes material para mi, como fallecistes.

Era doloroso hasta para él, sabía que no era muy de demostrar sus sentimientos pero, comenzó a llorar. Aún después de 3700 años y con más de 28 años, lo seguía necesitando como cuando era un niño.

Sintió en su cintura como alguién rodeaba sus brazos en ella, sentía las caricias que le transmitían amor, confianza y seguridad. Era la mejor.

-¿Qué no deberías estar dormida?

-Para ser muy listo, dices cosas ilógicas- Se notaba el sarcasmo en su voz- Es raro verte así, ¿Ocurrio algo?

La jaló a una banquita que estába cerca, entrelazo su mano a la de ella. No podía mentirle, menos a esa leona ilógica.

-Nada malo, solo soñe con Byakuya y sentí nostalgia- Sonrió con una de sus típicas sonrisas- Tal vez algo hise bien, para que me éste pasando ésto.

-Claro que lo eres, agradezco al fundador por mucho.

-También fue bueno que le hicieras honor con nuestro hijo.

Recibió un beso tan tierno.

-Claro, estoy agradecida del gran hombre que tengo por esposo y además un excelente padre. Me hubiera encantado conocerlo.

-Kukuku, si te hubiera conocido creo qué, me mataría si te llamó leona- La beso un poco más profundo acariciando su bulto- Gracias.

-No me agradezcas, vamos a casa. Estámos en pleno noviembre y Lina y yo tenemos frío.

- Ah si... Podemos arreglar éso.

-Pervertido.

Sin más volvieron tomados de la mano, Senku no volvió a tener ese sueño. Aunque pensándolo bien Byakuya estaría orgulloso junto a Lilian de que, es un excelente padre. Al nacer Lina se da cuenta que había una pizca de Byakuya en sus genes, era lista, noble y además demasiado alegre como él.

Con más frecuencia fue a visitar la tumba de su padre y además le contaba todo lo que había pasado con él a sus hijos. Era justo que conocieran un poco al fundador de la cuidad y además a su abuelo.

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Hay que bonito 🤧
Estoy chillando bien feo.

Esperó les haya gustado.

Y qué, ¿Merezco review?

One-Shorts SenHaku 💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora