Ishigami Shizuku, la más pequeña del clan Ishigami estaba despertando en un nuevo día. Uno totalmente frío para ser noviembre y otoño al mismo tiempo, su sorpresa fue ver a su madre lanzando unos cuantos papelitos de colores y a su hermana mayor de 20 años siendo obligada a imitar a su madre.
-¡Feliz cumpleaños!
La pequeña estaba emocionada, siempre había soñado con llegar a esta edad, la pre adolescencia. Siendo ya una señorita en todo el sentido de la palabra, sabía perfectamente los cambios que podría tener su cuerpo y mentalidad.
Pero no le importaba en lo absoluto, hoy sería un buen día, apesar de estar con una pequeña tormenta de nieve. Nada podría detener ese día.
-Cariño quisiéramos pasar tu cumpleaños juntas pero... -Vió que su madre había hecho una pausa, hasta procesar sus palabras- Hoy tu hermana tiene que presentar su proyectó y yo tengo que suplantar a mis superiores, pero te recompensare el fin de semana.
Estaba de una cara de alegría a una de tristeza, tal vez si usaba sus cartas de manipulación, podría hacer que ellas cedieran y...
-Ni lo intentes pulga- Shizuku había girado su cabeza un poco a su hermana mayor- Este proyecto puede hacer que Omicron y el Covid puedan desaparecer por completó. Tal vez superé un poco a nuestro padre.
-Mencionando a su padre, Shizuku pasará por ti en un rato. Al fin decidió salir de su laboratorio para festejar tu cumpleaños, tal como lo hizo con Tsukiku.
Tsukiku de solo recordar la charla que había tenido con su padre acerca de que se había enterado que tenía novio.
-Esta bien.
Shizuku había empezado un poco bien su día pero, fue amargandose con el pasó del tiempo hasta esperar en la entrada a su padre que, había llegado en su auto. Ella corrió ansiosa por verlo y abrazarlo, que lo hizo, Senku no era tan afectuoso con sus hijas pero. Con esta separación tenía que serlo un poco más, ya que dos hombres habían estado dándole terapia.
Así es Stanley Snyder y Xeno Houston Wingfield, habían estado insistiendole en que dejará un poco su trabajo para estar con su familia pero no, el señor prefirió llegar una noche a su casa para ver sus pertenencias en la puerta.
De eso ya casí un año, Shizuku pudo presenciar por completó como sus padres habían aceptado esta separación. No era momento de ponerse triste, tenía que estar feliz en su cumpleaños para su padre quién, después del abrazo arrancó en su auto.
-Muy bien leonita, ¿Algo que quieras en especial?
-Papá ya no soy una niña, ya legalmente he cumplido 12 años.
-Es la costumbre- Estaba rascando su oído mientras no dejaba de ver al frente- Aún no puedo creer que hayas llegado a la pre adolescencia. Esperó no me vayas a decir que tienes un novio- La pequeña pudo ver cómo su padre apretaba con un poco de fuera el volante- Aún no procesó lo de Tsukiku, ¿Sabes quién es?
-Yo.
Paró un poco para recordar las palabras de su hermana esta mañana.
-Ni una palabra al viejo sobre éso.
Sabía muy bien que las amenazas de la mayor eran enserio.
-No papi- Ella tenía que fingir por completó, a pesar de todo no sabían exactamente cuando le mentía a su familia a excepción de su hermana mayor Tsukiku- Por cierto, ¿Me llevarás al centro comercial?
-Si, podrás usar mi tarjeta de crédito para lo que quieras.
-Perfecto, necesito unas cosas para entrenar- Sabía perfectamente que sus hijas eran muy opuestas.