Lo primero que hice cuando llegamos al restaurante fue pedir un enorme plato de espagueti con albóndigas de carne. Se me hacía agua la boca de tan solo pensar en su sabor.
Alex y Thomas habían preferido solo tomar un par de cervezas. «No entiendo como pueden ingerir alcohol sin comer algo antes»
Thomas estaba en el baño, por lo que, Alex y yo nos encontramos solos en una pequeña mesa donde reinaba un enorme silencio. Para Alex el silencio no era molesto, pero para mi si lo era, así que me vi obliga a romperlo.
_¿Aún estás...?_ el amargado no me dejó terminar, suspirando con pesadez.
_Sabia que no ibas a durar ni cinco minutos callada.
Rodé los ojos, pero no me callé, decidí defenderme de sus groserías.
_¿A ti no da vergüenza tener esa cara de amargado? Le arruinas el día a cualquiera.
Mi comentario no logra su objetivo, al contrario, lo hace sonreír a medias.
_¿Y a ti no da vergüenza ser tan farzante?
Sabia a lo que se refería con "farsante": "Mentirosa" "Inventa embarazos".
«Que rencoroso...»
Niego con la cabeza divertida.
_Yo no soy farsante. soy hábil y sé disfrazar una pequeña mentira entre verdades.
Él finge estar sorprendido.
_¿Entonces, me explicas cuál es la verdad de "nuestra relación"?_ pienso, pero nada viene a mi. Alex añade al ver que no tengo respuesta_ ¿Ves? No la hay. Explica Ahora... ¿la verdad de qué te gusto?
_En que me gusta tu hermano..._ susurró por lo bajo.
_¿Qué?
Levanto la mirada, mintiendo.
_Que tampoco tengo respuesta para eso.
Alex asiente, orgulloso.
_¿Ves? No eres hábil, solo eres una muy mala mentirosa.
Pongo los ojos en blanco.
_Y tú eres un insoportable.
Ambos nos quedamos mirando como dos personas que se declaran la guerra, una que había iniciado desde que lo chantajeé para que fuera "mi supuesto novio". «Cuanto me arrepiento de haberlo hecho. Ya hasta detestaba la palabra "novio"»
Inocentemente mis ojos detallaron su rostro, empezando por sus cejas, ojos, nariz y labios apetitosos. Al darme cuenta de eso, tuve que desviar la mirada, incomoda. Afortunadamente Thomas llegó con mi plato de espaguetis con albóndigas, lo puso frente a mi y se sentó agarrando una de las cervezas que había traído hace rato una camarera.
Ambos chicos se pusieron a charlar sobre un tema que no le prestaba atención, porque estaba muy entretenida devorando mi apetitosa comida.
«Esta comida es el cielo...»
Trago lo que tengo en mi boca cuando siento la mirada de ambos chicos en mi.
_¿Qué?_ pregunto confundida_ ¿Tengo salsa, espagueti o albóndiga en el rostro?
Alex bebe de su cerveza antes de hablar.
_Thomas, dice que eres muy linda.
Le sonrío al castaño, agradecida.
_Gracias. Aunque eso ya lo sabia.
Thomas se muerde el labio divertido, pero no duda en burlarse.
_¡Alto ahí amiga, que el autoestima lo tienes por los cielos!
ESTÁS LEYENDO
"Entre Mentiras"
RomanceDigamos que, en uno de mis locos impulsos sé me ocurrió la idea de inventar que tenía un novio, solo para llamar la atención del chico que me gusta. Si, señoras y señores, como escucharon: Porque Maximiliano Gregor era el amor de mi vida, el padre d...