20-¿Celos?

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Alex Narra:

Después de aquel accidente donde casi pierdo la vida, mis padres habían decidido traerme de nuevo a vivir con ellos y aunque me negué rotundamente, al final, tuve que aceptar por mamá.

Tuve que quitarme todas mis joyas y ocultar mis tatuajes para que Francisco no se enojará. Y no es que me importe lo que él diga, pero mamá me pidió que intentará no pelear con él.

«Aunque no sé si yo pueda seguir aguantando»

Ella es la única persona que me importa en este mundo, aparte de Max. Él es mi hermano y aunque no nos tratemos como tales, lo apreció demasiado y sé que él también a mi. Por otro lado, esta Natalia, a ella la conozco desde niña, es una excelente persona y me alegra que sea la novia de mi hermano; sé que ambos se quieren mucho y harán lo que sea por ver feliz al otro.

Cuando tome la decisión de cambiar de imagen lo hice solo por molestar a Francisco, aunque a veces me aburro y vuelvo a ser el mismo de siempre, pero sin que nadie lo sepa.

Cuando conocí a Gregori y a Logan me parecieron buenas personas, pero no me interesa tener amigos, así que intento estar lo más alejado posible de ellos.

A Thomas lo conocí un día que estaba dando vueltas por la ciudad, me agrado, sobretodo porque es una persona libre y al igual que yo, busca olvidarse de todos sus problemas. Así que nos hicimos muy buenos amigos de copas y nos reunimos cada vez que podemos a beber.

A Casandra la conocí el primer día que entre al instituto. Acababa de salir del despacho de Francisco, donde el susodicho me había dado un gran sermón por hacer una fiesta en su casa sin su permiso.

«No sé de que se queja. Si ese día ni estaba en casa.»

Ese día al salir del despacho una persona chocó con mi hombro, provocando que mis anteojos cayeran al suelo, pensé que esa persona iba a parar de caminar y se iba a disculpar, pero no, ella ni cuenta se dió de que habia tropezado conmigo, siguió su camino con su cabeza metida en su celular. «Nunca me miró.»

Ignore a esa chica y seguí mi camino a la cafetería del instituto, donde todos me miraban. Ya todos estaban informado de quién era yo o... era lo que ellos creían.

Entre y me senté en una mesa solo, aunque podía sentir las miradas de todos puesta en mi. Algunas chicas me sonreían con coquetería y tenía que aguantarme las ganas de ir hacía ellas, porque lo había prometido. Entre todas las miradas, encontre la de Casandra y su amiga la castaña, cuando su amiga notó que las miraba, la golpeó con disimulo y Casandra volvió a ignorarme.

Ese mismo día me dí cuenta de que esa chica pelinegra no dejaba su celular por nada en el mundo y que solo lo dejó para mirar mal a Natalia que abrazaba a mi hermano. «Le gustaba Max. Estaba más que claro. La molestaría con eso, pero Francisco me mataría si se enterá que estoy molestando a sus alumnos»

Decidí ignorarla.

Habían pasado tres meses desde que entré al instituto, donde yo tenia un mes enviándole cartas amorosas a Megan por un reto que me hizo el idiota de Thomas cuando estaba borracho y como el idiota que soy, acepté.

El día que hable por primera vez con Casandra estaba haciendo unos informes que le habían dañado unos chicos a Francisco cuando hice otra fiesta en casa cuando no estabas, por lo que, tuve que recompensarlo volviendo a hacerlos.

Estaba tan molesto porque quería terminar los informes de una vez que no noté que había alguien más con Francisco, cuando gire y levante la mirada, me encontré con sus ojos negros mirándome embelesada.

No lo iba a negar, esa pelinegra era muy linda, pero le había prometido a mi madre que no haría nada malo y no lo haría ni para follarme a una chica, y miren que Mariana, la amiga de Natalia, quería eso y mucho más.

"Entre Mentiras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora