38-¿Tres besos míos?

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Casandra:

La mayoría de las reuniones que tenían que ver con cosas importantes en el instituto se hacían aquí "en el gran salón de reuniones estudiantiles". Algunos ejemplos de esas cosas importantes eran:

*Recordatorios y organizaciones de eventos o festividades cercanas importantes (Siempre nos tocaba hacer todo a nosotros, los alumnos)

*Aclaraciones de los planes para el nuevo año (Cada vez nos exigían más y nos daban menos puntos)

*Presentaciones de alguna persona importante, (Siendo sincera, a ningún alumno le importaba quien era esa persona o qué venia hacer en el instituto)

*Echarnos en cara las nuevas reglas, (A mi parecer, algunas si eran muy injustas. ¿Por qué no me dejaban jugar con mi celular en clases?)

*Decirnos nuestros deberes y derechos. (Aún no entiendo cuál era la diferencia entre ambos. A mi más bien me parecen un castigo, y más cuando uno de ellos dice "estudiar")

*La toma de decisiones sobre expulsión o castigo de algún estudiante o profesor@r corrupto, (Les puedo apostar que mi nombre se ha mencionado muchas veces en esas conversaciones)

*Igualmente con la toma de decisiones en caso de que ocurra algún accidente dentro del instituto. (Gracias a Díos, la explosión que provoqué en el salón de química hace un mes no fue tan peligrosa para llegar allí)

*Y otras cosas que para mí no son importantes.

*¡Ah! Y como ahora, mandaban a reunir a todos los estudiantes de último año para hablar sobre la graduación.

«¡Sí! ¡Muy pronto me iría de este instituto!»

Nunca había asistido a ninguna de la reuniones, porque me daba mucha flojera escuchar a los profesores hablar.

«¿Cómo si no tuviera suficiente con escucharlos en clases para escucharlos aquí también?»

Kimberly como buena amiga mía, me informaba todo lo que hablaban en dichas reuniones y si de casualidad, un profes@r o el director llegaban a preguntar por mi, inventaba cualquier excusa solo para ayudarme.

«Estoy casi segura de qué si a mi me gustaran las mujeres, la eligiera a ella como mi futura esposa»

Hoy había decidido entrar a este lugar, porque desde ya, seré una chica buena y escucharé a los profesores.

«¡Ja! Eso ni yo misma me lo creo»

Y menos lo podía creer cuando mis compañeros de clases me miraban como si yo fuera la culpable de algún asesinato, incluso algunos me observaban de reojo y cuchicheaban entre ellos.

«¿Tan raro era para ellos verme aquí dispuesta a escuchar a los profesores? Bueno, no los culpo, porque la verdad era que yo me estaba escondiendo de un demonio de ojos azules. Alex... ¡Ese idiota! ¡¿Qué le sucedía?! ¡¿Por qué no me deja en paz?! ¡¿Es qué le divierte molestarme?!»

Una despampanante rubia entra al salón moviendo sus perfectas caderas y saluda a varios compañeros, mientras les regala una amistosa sonrisa.

«¿Cómo hace Natalia para verse tan atractiva mientras camina? ¿Yo también me veré así? No lo creo...»

La rubia pasa por mi lado saludando y cuando su cerebro procesa a quien ha visto, para en seco, retrocede extrañada y sin esperar invitación, se sienta en la silla que está a mi lado.

_¿A qué se debe tu presencia en una de nuestras muy importantes reuniones de la graduación?_ pregunta ella, acomodando su bolso sobre la mesa_ Oh, mejor dicho... ¿de quién te escondes?

"Entre Mentiras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora