Toco la mesa de madera donde estoy sentada con las uñas de mis dedos, haciendo que un sonido molesto se escuche a mi alrededor.
Se preguntarán: ¿dónde rayos estoy?
Bueno, después de que el idiota de Alex me obligará a subirme al auto de Thomas, manejo por un largo rato donde lamentablemente me quedé dormida, minutos más tarde me hicieron bajar del auto y seguirlos a un "club privado". Y hago comillas, porque en realidad, es un local ilegal que queda a las afuera de la ciudad, un lugar donde los chicos menores de edad vienen a jugar, hacer apuestas y beber algun tipo de alcohol.
Lo peor fue que no me dejaron jugar con nada, ni con mi celular, Alex me lo quitó porque según él: "no quería que yo llamará a alguien y termine huyendo" «¡Por favor..! ¿A quién voy a llamar yo? Bueno, podría llamar a Kim, pero eso jamás se me hubiera ocurrido hasta que él lo mencionó. Y menos, se me hubiera ocurrido si tuviera mi celular para distraerme»
Alex solo me dejó sentada en una mesa lejos de ellos para que no pueda ir a molestarlos, pero al mismo tiempo la mesa quedaba a la vista de todos. Sabia que el amargado de Alex no quería perderme de vista. Las palabras que soltó antes de irse, fueron: "quédate aquí y no hables con nadie"
«¿Cómo si yo quisiera hablar con alguien de este lugar?»
Hace rato una chica muy descubierta me preguntó: ¿Por quién vas apostar? ¿Saben qué respondí? ¡Nada! ¡Porque yo no vine a apostar, vine obligada por dos idiotas!
Suelto un suspiro de frustración, mientras observo a Alex y Thomas jugar billar. Como si les pesara mi mirada, ambos giran a mi dirección. Hago un puchero con mis labios para que uno de los dos se apiade de mi y me lleven a casa, al ver mis intenciones, ambos sonríen, niegan con la cabeza, divertidos y vuelven a ignorarme, jugando billar.
«Ojalá ambos pierdan el juego...»
Si solo hubiera puesto atención a las calles o carretera en vez de quedarme dormida. Ahora estoy obligada a quedarme aquí, porque si intento volver sola a casa, lo más seguro es que me pierda y dudo que alguien sepa donde buscarme.
«¿Será que el imbécil de Alex lo hizó a adrede? ¿Y me tiene aquí fastidiada para qué intenté irme sola a casa y me pierda en el camino? ¡Claro, eso es..! ¿Qué mejor forma de liberarse de mi? En vez de fingir un rompimiento, llorará, dirá que me perdí y así quedará viudo... ¡¿Pero qué diablos estoy diciendo?! Alex jamás haría eso... ¿o si?»
Muevo mi cabeza a lados como si eso ayudara a borrar mis locos pensamientos, mientras me abrazo a mi misma por el frío que hace.
Para mi mala suerte, parecía que iba a llover en cualquier momento y no había traído conmigo un suéter o algo para cubrir mi cuerpo o por lo menos, cubrir mis piernas que estaban descubiertas por la simple falda escolar.
Según mi malos cálculos, tenía más de media hora sentada en esta mesa y lo decía porque sentía mi trasero adormecido.
_¿Qué hace una chica tan bonita como tú en un lugar cómo este?_ esa pregunta sale de los labios de un chico que se sienta en la silla frente a mi.
El chico tiene sobre su cabeza una gorra blanca, pero se puede ver a los lados de la gorra su cabello negro y ondulado, su piel es muy bronceada, hasta parece venir de la playa, tiene ojos de color miel y unos labios gruesos y rojizos. Él está vestido con una chamarra blanca que cubre sus enormes brazos, pero se puede ver sobre su pecho descubierto un pequeño colgante en forma de cruz.
Muevo mi rostro a un lado, confundida.
_¿Nos conocemos?_ no pude evitar preguntar de vuelta. Se me hacia conocido.
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"Entre Mentiras"
RomanceDigamos que, en uno de mis locos impulsos sé me ocurrió la idea de inventar que tenía un novio, solo para llamar la atención del chico que me gusta. Si, señoras y señores, como escucharon: Porque Maximiliano Gregor era el amor de mi vida, el padre d...